viernes, 18 de septiembre de 2015

18 SEPTIEMBRE 2015

Viernes, 18 de septiembre de 2.015
[Santo Domingo Trach, San Eumenio de Gortina, San Eustorgio de Milán, San Ferréolo de Limoges, Santa Sofía o Sonia, San Ferréolo de Vienne, San José de Cupertino, San Océano de Nicomedia, Santa Riquilda, San Senario de Avranches]




1990El COI, reunido en Tokio, elige Atlanta como sede de los Juegos Olímpicos de 1996.
1969Se inicia la última Conferencia de París hasta el momento.
1931Japón inicia la invasión de Manchuria.
1928El Graf Zeppelin vuela por primera vez.
1882El comandante Luis Jorge Fontana regresó de su viaje de exploración al entonces misterioso río Pilcomayo, que nace en Bolivia y separa las fronteras entre Paraguay y Argentina.
1851Aparece el periódico estadounidense The New York Times.
1810Se instala en Santiago la Primera Junta de Gobierno, primer antecedente para la independencia y actualmente es celebrada como fecha de las Fiestas Patrias en Chile.
1714Capitulación de Cardona en la Guerra de Sucesión Española.
323Las tropas imperiales, al mando de Crispo, derrotan a Licinio en la batalla naval de Crisópolis.
[Fuente: efemerides.net]


"El finaaaaal...
del verano.
Llegó.
Y tú partiráááás"

Pues sí, parece que el verano llega a su final. Empieza a llover, a hacer fresco y los árboles a tornarse de un mustio otoñal.

Quedarán los últimos estertores del veranillo de San Miguel, pero serán unos pocos días y nada más.

Llegará entonces la estación que personalmente más me gusta, pero mientras esperamos ese momento, tratemos de llevarlo lo mejor posible con estas cinco nuevas palabras para esta semana:

REMITENTE
DECAPITAR
TREPAR
ARO
BOMBEAR


PD: Ayer la selección española de baloncesto, la imponente ÑBA, consiguió la heroica hazaña de eliminar a la anfitriona selección francesa de la fase de semifinales del Europeo de selecciones. Simplemente "con dos cojones" y porque tenemos a un genio llamado Pau Gasol que no volveremos a ver nada igual en mucho tiempo.

Así que como medida excepcional y como homenaje a nuestros héroes propongo que tengamos una palabra extra, que podrá utilizarse como comodín de cualquiera de las otras cinco:

EÑE


“¿Mi mejor verano? Sin duda, uno que todavía no he vivido”
Philip Roth, escritor estadounidense

5 comentarios:

  1. CON EÑE
    Desde el segundo piso, Gabriel Pons mira con desprecio la escultura que chirría en el patio de entrada al pequeño palacete que es, desde hace veinticinco años, su galería de arte. Carece de gusto, de sentido, de estímulo. Le insulta que sea la obra más importante de la exposición del aniversario. Se siente vencido.
    Saltó muy joven al mundo del arte con la red de seguridad de un apellido millonario. Lo que comenzó como un juego se transformó en pasión y en forma de vida. Poseía el raro don de reconocer el talento en los artistas jóvenes, y en poco tiempo la Galería Pons se convirtió en punto de referencia imprescindible entre los coleccionistas.
    El éxito llegó fácil, y la vida fácil desplazó la ilusión y el reto. Todo fue desinflándose como un globo pinchado hasta que un día el corazón dejó de bombear sangre y Gabriel se sumió en un narcotizante hastío. La galería subsiste hoy patrocinada por revistas de moda y semanales de pretendida cultura. Todo hueco, banal. Postizo. Asqueroso. Como la porquería de obra que ha accedido a mostrar al público en la fiesta del aniversario.
    - Desde arriba es aún peor.
    Asomado a barandilla, junto a un elegante cartel que prohíbe el paso a los visitantes, Gabriel se gira, molesto, invadido, hacia la voz femenina:
    -¿No sabe usted leer?
    -He subido aquí para darle una oportunidad a “eso”, pero es un esperpento. Deberían devolverla al remitente.
    La mujer es menuda, enérgica, con unos enormes ojos redondos que multiplican la luz en sus pupilas. Sonríe con una inocencia de cuento mientras señala la escultura a la que Gabriel ha cedido el mejor lugar de la galería. Destila una seguridad que choca frontalmente con sus huesos pequeños y su carita de hada. Gabriel enarca una ceja.
    - ¿Sabe por casualidad quién es el autor de esa obra?
    Ella suspira:
    - El hijo de un consejero. Un payaso, un fatuo, el relleno de los buñuelos de viento. Su obra es el traje nuevo del emperador, nadie se atreve a contradecirle para que no le llamen tonto, pero solo es un farsante. Su papá tiene poder, claro, y una corte de parásitos especializados en trepar. Los galeristas creen que pasando por el aro obtendrán algún beneficio. Es una vergüenza. Veremos qué pasa en el cambio de legislatura.
    Y lo suelta así, sin despeinarse.
    De repente la mujer mira a Gabriel como si acabara de verle.
    - ¿Le gusta alguna obra de la exposición?
    No parece inmutarse ante la mirada taladradora del hombre, que señala en silencio una composición mixta de distintas técnicas que ha colocado bajo el primer arco, convencido de que aquel artista está destinado al éxito. En los viejos tiempos hubiera lucido esa obra en el centro del patio, sin dudarlo.
    Los viejos tiempos.
    Algo se inquieta dentro del señor Pons.
    -Es la mía- dice ella.
    Gabriel siente un retortijón en el alma, un crujido interior, y decapita el interés que nacía, bastardo, por aquella desconocida.
    - Señorita, esa obra es de Toni Genaro, un artista muy joven, italiano, apenas ha expuesto, lógico que no le conozca.
    La joven sonríe y en sus ojos de hada estallan fuegos artificiales.
    -En realidad es de Toñi Genaro, Toñi, con eñe. Viene de Italia porque llevo allí más de ocho años. Los panolis de correos escribieron mal mi nombre y veo que el galerista es igual de panoli ¿Le conoce usted?
    No. Lo cierto es que Gabriel no se conoce. Pero algo se está fundiendo en su interior, un hielo quebrado que cae contra el suelo de mármol de la galería y deja alrededor un charco de rabia y de tiempo perdido. Observa cómo la joven desciende por la escalera y se acerca a la etiqueta que identifica la composición, saca un bolígrafo del bolso y, sin pudor, añade un sombrero ortográfico a esa ene desnuda y ladrona, devolviendo así la obra a su legítima dueña. Al salir de la galería no se olvida de dirigir al hombre del segundo piso una última mirada.
    La voz de Gabriel retumba en el patio mientras baja los escalones de dos en dos llamando a su ayudante.
    -Damián! Ven! Deprisa! Hay que hacer algunos cambios en la exposición!!

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    1. A veces, una sola letra marca una gran diferencia. ;-)

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  2. Soy EÑE

    Me definen mis colores, el blanco por el Madrid claro, el rojo, porque soy de la roja. La EÑE porque fui uno más de la afición con la selección de baloncesto en el europeo.
    Me definen mis sabores, el jamón que tanto nos identifica, el aceite que nos acompaña en cualquier cocina que se precie. Oro puro en cuanto sales de España. Las naranjas de Valencia, el atún de Cádiz, la anchoa de Cantabria, la crema catalana o cualquier arroz de nuestro Mediterráneo.
    Me definen mi clima y los gestos, la lluvia y los abrazos del norte que dan calor, el sol y la alegría del sur que nos hace bailar, el frescor y la fuerza del mar que nos hace sentir libres y el esfuerzo que nos hace sentir el campo y la montaña que nos hace trepar y correr hasta el agotamiento.
    Así me defino, soy española. Mi corazón bombea mi sangre roja sin poder evitar ir más deprisa al sentir nuestras cosas. Me gusta mi país, lo conocido y lo desconocido. Siento mucho las ideas que pretenden romper en trozos pequeños algo que nos hace grandes a todos. No quiero decapitaciones emocionales, no quiero divisiones. Debemos pensar en crecer en ser más grandes y mejores. Debemos saber valorar más lo que nos une que lo que nos divide.
    No quiero tener que conformarme con ideales mediocres, quiero pensar que somos lo suficientemente grandes para crecer sin tener que pasar por el aro de ideales separatistas y tristes.
    Se debe hablar más de todo lo que nos une y tener presente las diferencias para que nos haga mejores, y poder ver el mundo con más conocimiento e intentar mejorar las cosas, no entorpecer la evolución.

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  3. DECAPITANDO A LA REINA


    - Papá, ¿es verdad que parpadeó y se quejó cuándo cogiste la cabeza y se la enseñaste a la gente?
    - No hijo, no. La verdad no fue ciertamente así, te voy a contar como fue en realidad…

    Charles-Henri Sansón era hijo, nieto y bisnieto de verdugos. Desde hacía décadas su familia había acabado con la vida de ladrones, asesinos y gente de mal. A él le había tocado el dudoso honor de ser el ejecutor de nobles, duques e incluso reyes y reinas.

    Sansón arropó lentamente a su hijo, mientras trataba de recordar cómo había sido la ejecución de la reina María Antonieta. Intentaba buscar en su memoria las mejores palabras con las que podía a contar a su vástago semejante escena, pero su cultura era limitada y sólo aparecían en su mente las imágenes más crudas y en su boca la atroz descripción de los hechos que vivió esa fría mañana de octubre.
    Empezó a hablar pesadamente, como si le costase arrancar:

    Siempre se había comentado que “La austriaca”, como se la conocía despectivamente entre la plebe, había tenido una vida licenciosa, derrochadora, imprudente y burlona. Un ser depravado y vendido a los intereses de la casa de Austria más que a los propios intereses de Francia. De manera increíble, llevando los años que llevaba viviendo aquí, y desposada como estaba con el mismísimo rey Luis, no había sido capaz de haber pasado por el aro de los estudios y era incapaz de hablar francés correctamente.

    La primera vez que la vi estaba aún en la prisión de La Concergierie. Se encontraba vestida de blanco, con una camisola de piqué, una pañoleta de muselina. Dos cintas negras en su bonete blanco que señalaban el luto de viuda en el que se encontraba desde hacía casi nueve meses.
    Le até las manos a la espalda y le acompañé entre dos filas de gendarmes hasta una carreta de madera que se encontraba en las peores condiciones imaginadas, tirada por un caballo de trabajo.

    Dice la gente que mantenía un orgullo que parecía desafiar a la plebe, pero realmente iba renegando por lo bajini. Llamando hijos de puta y bastardos a cada uno de los que cruzaban la mirada con ella, disipando de un plumazo todo símbolo de majestad y entereza que podía suponerse de una reina.

    Me senté en la parte de atrás de la carreta junto con Pierre, mi ayudante, tratando de mantener una posición y actitud respetuosas. Al fin y al cabo, aunque le quedaban pocos minutos de vida, seguía siendo la reina de Francia.

    Cuando la carreta se puso en marcha, el populacho enmudeció. Los primeros insultos comenzaron en la calle de Saint-Honoré. Ella, lejos de permanecer inmóvil como se creía que se debía comportar, recriminaba e insultaba a la turbamulta, la cabeza en alto, las mejillas con rubor por la fiebre y la ira y los ojos enrojecidos.

    Llegamos a la Plaza de la Revolución erizada de bayonetas. La Reina descendió rápidamente de la carreta, sin pedir ayuda, trepando por la pequeña escalera hacia el patíbulo. En su prisa, me pisó y tornó la ira y el rencor que traía del camino, diciéndome muy amablemente y visiblemente apenada: “Perdóneme usted, señor, no fue mi intención”.

    Así como con el resto de la gente se comportaba como una fiera corrupia, conmigo era un amor. Me ayudó y cooperó en los preparativos del cadalso. Era un poco más del medio día cuando bajó la navaja y la decapitó limpiamente. Un par de chorros de sangre salieron de la carótida y la yugular al ritmo de los últimos bombeos de su corazón.

    Dicen que cogí la cabeza y que para vejarla, le di un bofetón en el rostro ruborizándose, incluso que sus ojos parpadeaban aún. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que realmente pasó, me heló la sangre incluso hasta ahora cuando lo recuerdo.

    Levanté su cabeza como era preceptivo, y con una extraña voz gutural, y en prefecto francés, remarcando en exceso el sonido de la “eñe” sus labios murmuraron un:

    “¡Me tenéis hasta el cogno!”

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  4. Bombeando sangre.

    De un país de espadañas, de crepitar de leñas y de riberas con cañas.
    De un país donde criticamos a amigos y enemigos, pero no unimos para decapitar al invasor.
    De un país donde para aprender nos sobra la vergüenza pero nos tomamos las normas con demasiada ligereza.
    De un país donde siempre estamos dispuestos a trepar a lo más alto, aunque sea “pasando por el aro”.
    De un país donde aceptamos cualquier regalo, sin importar quién es el remitente.
    De un país de toros y de baile.
    De un país único, como la eñe de su nombre.
    De un país de buen comer y peculiares costumbres.
    De uno donde la pasión nos enciende y nos bombea con fuerza la sangre.
    De un país solidario y donde nos encanta la diversión.
    Del país que inventó la picaresca y donde sus gentes más generosas son.
    De un país de ríos, ahora ya secos, de mares y de montañas.
    Ese país, amigos míos, ese país es España.
    Y estar orgulloso de ser español no es racional, tan sólo... sale del corazón.

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