[San Antonio Cauleas, San Benito de Aniano, Santa Eulalia de Barcelona, San Ludano, San Melecio de Antioquía, Santa Pamela, San Saturnino de Cartago y compañeros mártires de Abitinia]
| 2002 | Día mundial contra el uso de niños soldados. El 12 de febrero de 2002 entró en vigor el Protocolo Facultativo a la Convención sobre los Derechos del Niño, impulsado por Naciones Unidas, que elevaba la edad mínima de reclutamiento y participación en hostilidades de 15 a 18 años. |
| 1993 | John Venables y Robert Thompson, ambos de 10 años de edad, secuestran y asesinan a un niño de 2 años de edad dejándolo en las vías del tren; no sin antes golpearlo y torturarlo hasta extinguir su vida. |
| 1952 | Proclamación de Isabel II como reina de Inglaterra. |
| 1941 | Franco se entrevista con Mussolini en la ciudad italiana de Bordighera, durante la II Guerra Mundial. |
| 1931 | Inauguración de Radio Vaticano por el papa Pío XI. |
| 1817 | Batalla de Chacabuco, fundamental en la independencia de Chile. Las tropas patriotas al mando de Bernardo OHiggins y José de San Martín derrotan a las realistas. |
| 1814 | Batalla de La Victoria, de la época de independencia de Venezuela. Los Generales patriotas José Félix Rivas y Vicente Campo Elías junto con tropas formadas por seminaristas y estudiantes de la Universidad de Caracas, derrotan a las tropas realistas comandadas por José Tomás Boves y su segundo al mando, Francisco Tomás Morales. |
| 1567 | La Ciudad de Castro es fundada el 12 de febrero de 1567 por el capitán Martín Ruiz de Gamboa. Es la tercera ciudad más antigua de Chile, después de Santiago y La Serena (Valdivia fue destruida por un alzamiento indígena en 1599 y sólo fue refundada en 1645). |
| 1552 | La Ciudad de Valdivia en Chile es fundada por Pedro de Valdivia que ese día tomó posesión efectiva de la localidad y le dió su apellido a la ciudad. |
Hoy hay una novedad en la entrada del blog, como está muy de moda eso de la subcontratación, he decidido unirme a la dinámica general y he subcontratado el trabajo de generación de la entrada. Así que sin más, os dejo con la entrada de hoy:
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Llevo toda mi vida diciéndome que los cambios son buenos, que son la salsa de la vida que nos ha tocado vivir y lo que aporta emoción a cada día, mes o año, cada uno que decida su grado de dinamismo. Estoy convencido de ello, soy un firme defensor de que las eses que se hacen en una carretera te permiten conocer el camino que sigues y lo que de alguna forma te permite seleccionar tu rumbo. Pero, ¿Qué pasa cuando ese día llega y lo que te exige la vida es un cambio radical? Una transformación, una metamorfosis……Vértigo, miedo al cambio, incertidumbre…….solo queda esperar a abandonar el capullo y dejar de ser un gusano para que convertirte en una bonita mariposa con alas de colores. Pero mientras, nos conformaremos con las pequeñas rutinas, Feliz San Valentín.
METAMORFOSIS
AMOR
DESPEDIDA
ETERNO
MARIPOSA
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Muchas gracias Santi por esta entrada, las situaciones cambiantes son lo que tienen, pero recuerda que los cambios siempre son para mejor.
Viva la metamorfosis
ResponderEliminarRecordé lo típico de las mariposas en el estómago. No soy capaz de perder esta sonrisa estúpida que me delata. Lo bueno es que me da igual. Soy tan feliz de sentir cosas.
Es una metamorfosis que no sabía que podría sentir. Todo es diferente, en realidad nada ha cambiado, sigo en el mismo trabajo, con los mismos compañeros. Vivo en la misma casa, los mismos objetos me acompañan. Pero todo parece diferente. Ha cambiado la forma de mirar las cosas, las personas. La perspectiva de qué tareas realizar y cómo hacerlas. No hay despedidas, son en realidad hasta luegos, con un beso y una caricia.
Hay personas que tiene el NO eterno en su postura. Y me doy cuenta que a mí no me acompaña. Todo es posible. Y vivir con alegría tiene mucho más de vida.
Estáis pensando, se ha enamorado, le ha tocado la loto… algo loco le ha hecho feliz.
Exactamente, estoy enamorada. Locamente enamorada, mejor que con 18 años.
Quizás soy más payasa que entonces, pero perder ese miedo y ser tal cual eres es una suerte. El amor, eso es simplemente querer.
No es tan importante si es para siempre o si dura un instante. Lo importante es ser capaz de querer así.
Y ya si te quieren, es la leche...
SIN DESPEDIDAS
ResponderEliminarEl hombre fuma. Despacio. Y disfruta. No piensa en nada. O quizá piensa en todo lo contrario.
Sostiene su cuerpo en un inestable reparto del peso, un pie, ligero, contra la pared, el otro anclado, firme, en el suelo. La espalda se curva para mantenerse derecho. Hace frío. La mano izquierda se esconde en el bolsillo de un abrigo de piel vuelta, caliente y mullido, marrón muy oscuro, como sus ojos, quizá como sus sueños. La otra mano sostiene un cigarrillo con esa habilidad descuidada que delata al adicto. Han fumado mucho esos labios.
El hombre se lleva el cigarro a la boca y aspira con fruición, con deleite, entorna los párpados como cegado por una luz intensa, reveladora, y observa ascender el humo, aire pesado que se eleva y se retuerce sobre si mismo, voluptuoso, obsceno, perturbador, arcana metamorfosis que transforma el gusano blanco sobre el que sus labios se ciernen en una mariposa irreal que aletea y provoca una tormenta en el corazón del hombre. Un hombre que muere una muerte de amor. Han amado mucho esos labios.
El cigarro se acaba. El tiempo se acaba. Nada es eterno. Cuando la brasa llegue al filtro y se consuma definitivamente, él separará el pie de la pared y levantará el otro pie del suelo, mirará hacia arriba, hacia la puerta frente a la cual espera, y decidirá. Pero no antes. No, antes no. Antes disfrutará del placer de los aros de humo que surgen de su boca encogida, sin pensar en nada. O, quizás, pensando en todo lo contrario.
Alguien abrirá más tarde esa puerta, y sentirá el frio del invierno chocar contra su rostro. Buscará, y no verá más que una estrecha calle vacía donde ya nadie espera a que la puerta se abra. Observará, en el suelo, varias colillas que se amontonan, consumidas, agotadas, residuales.
Nunca le han gustado las despedidas.
FUERA DE SITIO CASI ETERNO
ResponderEliminarSiempre se había sentido fuera de sitio. Desde que nació como consecuencia de aquella marcha atrás perfectamente ejecutada cuando sus padres se preparaban ya para ser abuelos. Cuando su madre dejó de llorar, se hizo la ilusión de que al menos fuera niña. Tras tres chicarrones, lo único que mínimamente podía haberle compensado por ese nuevo embarazo habría sido traer al mundo una princesita que poder llenar de lazos y volantes, una pequeña mariposita de colores pastel.
No hubo suerte. Nicolsaito nació más bien parecido a un gusanito pequeño y marrón que tras la metamorfosis se transformó en polilla, y que se sintió un poco princesa cuando durante una feria medieval su madre le vistió con un jubón rosa que le colocó aún más fuera de lugar cuando sus compañeros de clase, todos más grandes que él que había nacido un 28 de diciembre, se lo encontraron entre el puesto de los quesos y el de la miel. Todos ellos vestidos de caballeros de brillante armadura, por supuesto. Hasta que terminó la ESO desde entonces siempre fue “el Mico Rosa”, el rarito ése que no come nada en los cumples porque es celíaco.
Asumiendo su etiqueta de diferente, se permitió desarrollar a partir de los diez años una extraña pasión por el Barça, pese a vivir en Chamberí, y declararse vegano a los catorce, con gran escándalo en la familia, propietaria desde hacía tres generaciones de la mejor carnicería del barrio, rompiendo además la tradición y la continuidad del negocio familiar por su tendencia a desmayarse a la vista de una sola gota de sangre.
No estando acostumbrado a pertenecer a ningún grupo, no se atrevió a unirse a los insumisos cuando le llamaron a filas y se pasó dos años en el Sahara durante la Marcha Verde, empuñando un arma y sobrellevando como pudo el nuevo mote que le pusieron en cuanto pisó Africa: “Nico el Pacífico”.
Filólogo entre técnicos, mod entre rockeros, incapaz de encontrar el amor ni siquiera en esa web que anuncia que alguien adorará tus imperfecciones, un martes trece tomó una drástica decisión: se tiraría al tren saltándose las barreras del paso a nivel.
Ni siquiera para eso consiguió encontrar el sitio adecuado. Por medio metro. Se llevó un buen golpe, eso sí, que le obligó a permanecer completamente momificado en una cama mientras se le arreglaban los innumerables huesos que quedaron hechos migas.
Diez meses después, abandonando el hospital en silla de ruedas como manda el protocolo, entristecido porque un cambio de turno en el último momento le había fastidiado la despedida de su enfermera favorita, un perro descontrolado se cruzó en su camino, precipitándole escaleras abajo: traumatismo craneoencefálico severo, muerte cerebral.
Donante a la fuerza por la insistencia de aquella misma enfermera a la que no se atrevió a jurar amor eterno, sus órganos misteriosamente no provocaron rechazo alguno entre los receptores, lo que dio lugar a unos cuantos estudios médicos ya que, como dijo el doctor Payerpaj en el artículo por el que le concedieron el premio Raúl Romero Torres “Nicolás fue el donante perfecto para cinco receptores perfectos, como si estuviesen esperándole, estaban diseñados para encajar”. Por fin Nicolasito, aunque a trozos, consiguió encontrar el sitio adecuado.