viernes, 16 de mayo de 2014

16 MAYO 2014

Viernes, 16 de mayo de 2014
[Santa Abdas, San Abieso, San Adán de Fermo, San Andrés Bobola, San Brendán, San Carentoco, San Fídolo, San Germerio de Tolosa, San Honorato de Amiens, San Juan Nepomuceno, San Peregrino de Auxerre, San Posidio de Calama, San Simón Stock, San Ubaldo de Gubbio]



1988Un infome de C. Everett Koop establece que las propiedades adictivas de la nicotina son similares a las de la heroína y la cocaína.
1975Junko Tabei se convierte en la primera mujer en alcanzar la cima del Everest.
1974La India anuncia que se halla en disposición de armamento atómico.
1929En Hollywood, California se entregan los primeros Premios de la Academia de Cine.
1920En Roma, el Papa Benedicto XV canoniza a Juana de Arco como santa.
1903George Wyman inicia el primer viaje en motocicleta de extremo a extremo de los Estados Unidos.
1770María Antonieta de 14 años, se casa con Luis Augusto, de 15 años, quien será Rey de Francia.
1703Se inicia la construcción de San Petersburgo.
1605Camilo Borghese es nombrado Papa Pablo V.
2007Nicolás Sarkozy asume la presidencia de Francia
1989China y la URSS restablecen relaciones diplomáticas

Ayer mismo celebramos la festividad del Santo Patrón de Madrid... nuestro flamante San Isidro, que como curiosidad inicial cabe destacar que él mismo, su mujer (Santa María de la Cabeza) y su hijo (San Illán) están declarados Santos, por lo que son la primera familia en alcanzar al completo la santidad.

Además, entre algunos de los milagros que se le atribuyen está el que para mi le convierte en el número uno de los santos. Corrían los finales del siglo XI cuando nuestro protagonista visitaba a menudo las escasas iglesias que tenía Madrid. Al principio otros campesinos decían que esto lo hacía por holgazanería en lugar de por devoción (como se puede ver, la envidia también era muy mala en el medievo). Una vez Juan de Vargas (patrón de San Isidro) salió a comprobar si esto era cierto, y encontró a los ángeles arando en su lugar. Ahí está, más chulo que un ocho. El rezando por ahí y los ángeles currando.

¿Cómo no va a ser patrón de Madrid el Santo más chulo que hay?

Para honrar a nuestro santo patrón, propongo que imploremos que los ángeles hagan nuestro trabajo para que así, en ese tiempo que tendremos extra, podamos escribir un nuevo cuento con estas cinco palabras:

EJÉRCITO
ESCUELA
OLA
ATACAR
MERMELADA

¡¡Suerte!!

4 comentarios:

  1. El ejército de hormigas!!

    El gran misterio era ese ejército de hormigas que desfilaba sin perder el ritmo, una tras otra al mismo compás.
    Mario, es un niño inquieto. Todo su afán es vivir aventuras, descubrir cada mundo por pequeño que parezca.
    Es día Mario quería jugar en el jardín, había descubierto un hormiguero enorme con demasiada vida como para no estar intrigado.
    Nunca se sabía por dónde podía salir este crio, a veces sus trastadas consistían en meras travesuras y otras veces sobre todo cuando recurría a su hermana pequeña que trataba como cobaya, podía terminar en una lucha por ganar una batalla de gritos y lloros.
    Ese día salió al jardín con su tostada de mantequilla y mermelada de fresa, preparado para descubrir cómo era un hormiguero.
    Una ola de emoción le invadía, y corriendo hacia los columpios se sentó en el suelo y empezó a comprobar el camino que hacían las hormigas.
    Cortó este desfilar rutinario y organizado de las hormigas, y en lugar de atacar su primer paso fue desviar el camino de dichos bichos.
    Dejando un trozo de pan con mucha mermelada y rompiendo la ruta de las hormigas comprobó como todas comenzaron a seguir a las que encontraron el manjar y como rápidamente se organizaron para llevar entre un grupo de ellas la comida a su casa.
    ¿Cómo saben hacer eso? ¿Tendrán una escuela dentro de ese hormiguero donde les enseñan?
    Sorprendido se fue a casa en busca de su hermanita.
    Laura!!! -Gritó
    En los hormigueros hay escuelas

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  2. MANTEQUILLA Y MERMELADA

    Un ejército de médicos y enfermeras atacaban su cuerpo, tumbado inerte en la camilla de un box de urgencias.

    “Un miligramo de adrenalina…¡¡¡le estamos perdiendo!!!”



    Hacía sólo media hora que había salido de casa camino de la escuela donde era profesor de matemáticas. El camino habitual, el atasco habitual en la autopista y las mismas canciones que sonaban desde hacía varias semanas ya que no había tenido tiempo para cambiar el CD de la radio del coche.
    Sabía que no debía, pero la recta de varios kilómetros siempre le permitía echar un vistazo al móvil.
    De reojo consiguió abrir el WhatsApp y con una habilidad que sólo la dan los años de entrenamiento tecleando sobre una pantalla táctil consiguió escribir:

    ola k ase :-)
    9:50

    Pensando en ti… ¿y tú?
    9:50

    De camnio al trabajo… luego iré al super a comprar, la lista de la compra?
    9:51

    Leche, galletas, fruta, pan de molde. Me apetece desayunar tostadas mañana.
    9:52

    Ok… entonces mantequilla y mermelad




    El agudo pitido continuo del monitor cardiaco inundó el box.

    “Dejadlo, no se puede hacer ya nada. Hora de fallecimiento 10:02. Causa: politraumatismo por accidente de tráfico.”

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  3. ATACAR CON LA CABEZA.

    Atacar era la única consigna. Aunque perdiéramos. Eso nos dijo nuestro entrenador, harto como estaba, de que en el campo fuéramos más blandos y "dulces" que una mermelada.

    Y eso fue lo que hicimos. Desde que el árbitro marcó con su pitido inicial el comienzo del partido, como si de un ejército de kamikazes se tratara, empezamos a lanzarnos hacia la portería contraria una y otra vez, como olas que llegan persistentemente a la playa.

    Resultado final del partido: 12-3. Pérdimos claro.

    Y eso que al menos, logramos 3 goles en uno de esos tantos contra-ataques locos que hicimos...

    Volvimos cabizbajos al vestuario, con la seguridad de que la bronca del entrenador esta vez sería monumental. Pero no. Nos equivocamos.

    Una vez se hubo cerrado la puerta del vestuario, nuestro técnico comenzó a aplaudirnos. Nosotros nos mirábamos desconcertados... Tanto como pudiera desconcertarse un niño de 12 años...

    Sólo nos dijo dos cosas. La primera fue darnos la enhorabuena porque según entendía él, no habíamos cuestionado sus órdenes. Atacamos, tal y como nos dijo, desde el minuto 1 hasta el 90.

    La segunda fue que pensáramos. Y que, a pesar de que él nos dijera que atacáramos, si el resultado del partido lo imponía, debíamos ser capaces de tener un criterio como equipo y de tomar decisiones como tal.

    Para lo primero, no hacía falta que fuéramos a la escuela de futbol. Para lo segundo, sí.

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  4. MERMELADA CASERA

    Todavía era un chiquillo cuando su hermano mayor le sacó de la cama una noche y, con mucho misterio, se lo llevó con gran sigilo hasta el árbol de las confidencias. Desde que habían enterrado bajo él a su padre y a su madre tras el accidente, ambos tenían por costumbre acercarse por allí cuando tenían buenas y malas noticias, cuando estaban tristes y cuando disfrutaban de algunas, pocas, alegrías. Les parecía que de esta forma aún podían compartirlas con ellos.
    - Me voy John
    Era la primera vez que le llamaba así. Ni Enano, ni Joe, ni Johnnie, ni Cabeza de Zanahoria.
    - Ya has cumplido catorce años y sabes que las cosas no van bien en casa. La abuela está ya muy mayor y pronto no podrá trabajar. Lo que yo gano en la tienda de Barnie no es suficiente para mantenernos todos.
    - ¿Y qué vas a hacer? ¿Largarte para dejarnos tirados? ¿Primero Papá y Mamá y luego tú?
    La angustia y el miedo se confundían con la decepción y la rabia. Contener las lágrimas era en ese momento lo más importante. Conocía a su hermano. No le habría llevado hasta allí para gastarle una broma. Si había tomado la decisión debía tener un plan.
    - Me voy a enrolar. Estamos en guerra y hacen falta voluntarios. Me darán una buena paga y entre lo que yo no gaste en casa y lo que os pueda enviar, las cosas mejorarán. He hablado con Barnie. Sé que te habría gustado seguir en el instituto, pero eso tendrá que esperar. Ocuparás mi puesto en la tienda. Cuando yo vuelva del frente tendremos más oportunidades e intentaremos que sigas estudiando.
    Pasaron dos años. El ejército les hacía llegar la mayor parte del dinero de la paga de Frank regularmente y la abuela pudo dejar de trabajar y mejorar de salud. John seguía trabajando en la tienda y había empezado a estudiar en la escuela nocturna. Relataba con orgullo a todo el que le quisiera escucharle las hazañas de su hermano, cómo había desembarcado el día D, entre las olas, el frío y la oscuridad, cómo habían atacado a los nazis por sorpresa y los habían vencido. Con los escuetos episodios que relataba en las pocas cartas que llegaban, John construía emocionantes historias de amor y pasión sobre su estancia en París, agasajado por bellas jóvenes francesas. Desde su pequeño pueblo de Minnesota apenas podían imaginarse cómo sería aquello. Su vida transcurría de forma monótona de casa a la tienda, de la tienda a la escuela, de la escuela a casa. Quería mucho a su abuela, y tenía muchos amigos, pero aquella mañana en particular, mientras ponía la mesa para el desayuno y pensaba que echaba de menos a su hermano, se abrió la puerta y antes de que pudiera volverse a ver quién era una voz grave, familiar pero extraña a la vez le interpeló:
    - Oye Canijo, ¿habrá por ahí una buena taza de café y una tostada con mantequilla y mermelada casera para un hambriento veterano de guerra?

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