viernes, 13 de noviembre de 2015

13 NOVIEMBRE 2015

Viernes, 13 de noviembre de 2.015
[San Abón, San Bricio, San Dalmacio de Rodez, San Diego de Alcalá, San Himerio de Susingen, San Homobono, San Leandro de Sevilla, San Leoniano de Vienne, San Luis Versiglia, Santa Maxelendis de Cambrai, San Mitrio de Aix-en-Provence, San Nicolás I papa, San Quinciano]



1996Aprobada en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación la "Declaración de Roma", con el objetivo de reducir la desnutrición en el tercer mundo.
1994Suecia dice sí al ingreso a la Unión Europea.
1992Aprobadas por el gobierno las dos primeras universidades privadas en Madrid: San Pablo-CEU y Alfonso X el Sabio.
1986Se anuncia la retirada de todos los misiles nucleares de la URSS de alcance medio de la península de Kola y la mayoría de los de Leningrado y el Báltico.
1973La crisis energética en el Reino Unido provoca la implantación del estado de emergencia.
1945La presidencia de Indonesia es asumida por Sukarno.
1923Miguel Primo de Rivera proclama la dictadura en España.
1842Estalla una insurrección en Barcelona que provocó un bombardeo ordenado por el regente Espartero.
1523Hernán Cortés y Pedro de Alvarado inician una expedición de conquista de Guatemala.
1494Conquista española de la isla de Tenerife al derrotar a los guanches en los alrededores de La Laguna.
[Fuente: efemerides.net]


Pues sí, ya veís, hoy es viernes 13... ¿y qué pasa? 

Primero fue Papá Nöel, luego Halloween, más tarde el Black Friday y ahora los viernes 13 y dentro de poco celebraremos el 4 de julio y el día de Acción de Gracias.

Pero ¿por qué nos dan miedo los viernes 13 cuando tenemos nuestros castizos martes y 13?

Pues veamos de donde vienen cada una de las leyendas [Fuente: Muy Historia]:

Viernes 13
En la Edad Media el rey Felipe IV de Francia, con el apoyo del papa Clemente V, ordenó las redadas para detener a todos los Templarios del país el viernes 13 de octubre de 1307, hecho al que se atribuye la leyenda de los malos augurios asociados a este día de la semana cuando cae en 13. El asalto a los templarios alcanzó una gran notoriedad a causa de las escabrosas acusaciones que se les imputaron, la tortura a los que los sometieron los inquisidores.

Martes 13
El trece es un número al que se le otorga mala suerte desde la antigüedad. Trece eran los comensales en la Última Cena de Jesucristo, en la Cábala judía se enumeran 13 espíritus malignos, en el Apocalipsis el anticristo llega en el capítulo 13, y en el Tarot este número hace referencia a la muerte. Pero ¿por qué martes? Porque es el día de la semana dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, la sangre y la violencia, que también dio nombre a nuestro vecino planeta rojo.
Así, desde tiempos medievales, en España y Grecia, y también en Latinoamérica, se considera que la coincidencia del día del dios de la guerra y la muerte con el número de la muerte traen "mala suerte". Una superstición popular que también recoge el refranero español: "En trece y martes, ni te cases ni te embarques". 


Así que para gustos los colores, y a mi particularmente me dan más "susto" los martes 13. Porque realmente los que no me gustan pero nada, nada son los lunes 12 o los lunes 16... que esos si que son chungos.

Para hacer más llevadero este día, pasamos a recoger las cinco nuevas palabras:

CRIMEN
LEVANTAR
MENTIRA
SED
NATURAL

Acabad con ellas.. no dejéis ni una viva.

2 comentarios:

  1. LO NATURAL
    No puedo describir qué había en tus ojos la primera vez que te vi, pero sí puedo decir que no lo había visto antes. Y me enamoré, tan rápida y perdidamente que supe que mi vida, mi joven vida, se había detenido en ese instante y ya para siempre permanecería allí, entre tus brazos, a merced de tu voluble voluntad.
    Nos amamos, sin pudor conocido, sin reparos, sin tapujos ni vergüenza, de una manera irracional, pura, salvaje, con hambre, con deseo, con una sed irrefrenable que, apenas satisfecha, siente que necesita más.
    Pero no era natural. Eso dijeron. Teníamos quince años ¿de verdad no lo era? Me llamaron bruja, demonio, me escupieron y azotaron. Mi familia entera tuvo que abandonar la hacienda de tu padre. Nos fuimos de noche, sin despedidas, con lo puesto, sin derecho a nada, obligados a empezar de nuevo. Como ladrones. Y todo por mi culpa.
    Mi padre decidió que yo había muerto y así me trató hasta el fin de sus días. Mi madre me alimentó de agua y sobras, cuando quedaban. Nadie impidió que mis hermanos me insultaran y me golpearan a menudo ¿Amarte era mi crimen? ¿Y esa era mi condena? Pues mil veces más la hubiera cumplido. Lo que me atormentaba hasta perder el sentido, lo que realmente impedía que levantara la mirada del suelo era la certeza, nauseabunda, de que nunca más volvería a verte.
    La capital, enorme, distinta a todo lo conocido, estaba preñada de gente y de oportunidades. Allí conocí el mar, del color de tus ojos, y en él me bañaba soñando que volvía a ti, a tu nuca de durazno, a tu espalda marmórea, a la magia indecible de tus labios abiertos, y quería morir, morir tantas veces… ¿Acaso pensabas alguna vez en mi? ¿Me añorabas? Responder era sangrar por dentro, pues si dolía pensar que me habías olvidado, más horrible aún era creer que podrías, como yo, vivir muriendo.
    Abandoné mi casa, que ya no era mía. Crecí, robé, engañé, maté cuando hizo falta, me enriquecí con el contrabando y con otras habilidades que tú bien conociste. Personas muy célebres de la ciudad cayeron a mis pies y sufragaron mis gastos, hipócritas de doble moral, y cuando me convertí en la ramera más importante de la provincia y abrí mi propio y exquisito establecimiento, nadie en la ciudad con dinero suficiente quiso perder la oportunidad de gozarlo.
    El mar, que todo lo cuenta, me trajo noticias de ti. Te casaste, y vivías en otra ciudad, más grande, más perversa, bañada por el mismo mar que mojaba mis pies, y yo sentía que, si me esforzaba, si ponía toda mi intención en ello, el mar te llevaría los harapos de mi alma rota, y tú sabrías lo mucho que aún te quería, que te llamaba en sueños, que tapaba tu nombre en alcohol y mentiras por las noches pero que se abría paso y brotaba de mi pecho por las mañanas, maldito, amado, devorador, por siempre parte de mí ¿pensabas tú lo mismo? Escudriñaba el horizonte y pedía al mar una respuesta.
    Y hoy, que tengo la certeza de que la vida se abre paso en mi vientre, recibo la noticia de tu muerte en un naufragio frente a la bahía, quizá en alguno de esos barcos que mil veces he visto pasar y en los que he soñado viajar hasta ti, y ahora descansas, mi amor, en ese mar benévolo que ha escuchado mis ruegos y te trae a mi lado, de donde nunca debieron arrancarte, y en él me sumerjo y te abrazo y te lloro y te llamo, y creo que no podría vivir en un mundo donde tú no existieses si no fuera por la fuerza de ese germen que crece en mi, un pequeño regalo de la naturaleza, un leve aliento en esta vida que fue cruel con nosotras, Estela, y que, ahora que no estás, descubre que vivir no es si no morir por ti.
    Estela. Nombre de caminos perdidos en la piel del mar.
    Cierro mis ojos y veo los tuyos, cerrados en un fondo líquido y azul, y grito y me araño y bramo y te quiero con locura desbordada, y decido que la vida que llevo en mi ser tendrá tu nombre, pequeña Estela. Todo el universo se concibe en ti. Y no consentiré que nunca, nadie, pueda hacerte daño. Porque, eso sí, es lo natural.

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    1. "Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas".
      Jean de la Fontaine.

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