viernes, 15 de enero de 2016

15 ENERO 2016

Viernes, 15 de enero de 2.016
[Nuestra Señora de Banneaux, advocación mariana. San Ableberto, San Alejandro Acemeta, San Arnoldo Janssen, San Arsenio eremita, San Bonito, San Efisio, San Francisco Fernández de Capillas, San Habacuc, San Isidoro de Alejandría, Santa Ita, San Juan Calibita, San Macario el Viejo, San Malardo, San Mauro, San Pablo, San Patrocinio, San Probo, Santa Raquel, San Remigio de Reims, Santa Secundina, Santa Tarsicia, San Yeudiel]




1992El reconocimiento de Croacia y Eslovenia por parte de la Comunidad Económica Europea (actual Unión Europea), supone la desmembración de Yugoslavia.
1991Despliegue militar de las fuerzas multinacionales en Arabia Saudí para combatir a Saddam Hussein, lo que conducirá a la llamada Guerra del Golfo Pérsico.
1974Los expertos que investigan el Escándalo Watergate descubren que ha sido manipulada una importante cinta magnetofónica.
1973Los Estados Unidos paralizan sus acciones militares contra Vietnam del Norte.
1955La Unión Soviética declara que está en disposición de transmitir a terceros países sus conocimientos sobre la utilización pacífica de la energía atómica.
1936Se firma en España el pacto electoral del Frente Popular, por el que republicanos, socialistas y comunistas se unifican en un único partido que será elegido ese mismo año.
1919Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, líderes del ala radical del Partido Socialdemócrata durante la Primera Guerra Mundial y creadores del llamado Movimiento Espartaquista, son asesinados en Berlín.
1913Primera transmisión telefónica sin hilos entre Nueva York y Berlín.
1881Batalla de Miraflores, ejército chileno entra a Lima, Peru.
1798Goya comienza a pintar los frescos de la iglesia madrileña de san Antonio de la Florida.
1559Isabel I de Inglaterra es coronada en la Abadía de Westminster.
1526Sale de La Coruña una expedición marítima al mando de Diego García, a quien se atribuye el descubrimiento del río de la Plata.
[Fuente: efemerides.net]


Muchos de nosotros hemos vuelto a trabajar esta semana después de haber disfrutado nuestras más que merecidas vacaciones navideñas.

Y ha sido duro... muy duro... Una semana muy dura en la que mirando alrededor podíamos identificar a quién, como nosotros, estaba tratando de sobrevivir durante la jornada laboral y a quién, activo como un colibrí, llevaba ya algún tiempo aclimatado al ambiente laboral.

El caso es que (creo) hemos superado la primera semana y, la siguiente ya estaremos en velocidad de crucero para llegar a la Semana Santa (¡¡vamos!!, ¡qué ya no queda casi nada!).

Así que como premio a nuestra agonía, aquí aparecen las nuevas cinco palabras semanales:

SENTIR
CONJUNTO
PEQUEÑO
MARCHAR
TALÓN


"Elige un trabajo que ames y nunca más tendrás que volver a trabajar un día más en tu vida".
Confucio

4 comentarios:

  1. NO TE PUEDES MARCHAR

    “Vueelveess… tan inesperadamente siempre vueelveess, pero como había esperaaaado… vueeelveees… vuelves siempre, siempre vuelves”.

    Estaré canturreando mentalmente ese pegadizo estribillo y a mi paso dejaré un rastro de euforia. Si alguien se fija con atención, incluso lo podrá ver dibujado en el aire, como en esos dibujos animados que veía cuando era pequeño.

    Mantendré una amplia sonrisa cuando al doblar la esquina de Serrano con Hermosilla tropiece contigo y tire tu café “para llevar” al suelo. ¡Qué paradójico!... Serrano con Hermosilla.

    Nos costará varios segundos reaccionar mientras el contenido de tu vaso de cartón baña la acera con un pausado borboteo: “blup…blup…blup”. Se parará el tiempo. Se congelará la multitud errante a nuestro alrededor. No habrá ruido de motores, ni pitos, ni sirenas, ni conversaciones ajenas. Seremos sólo tú y yo… y tu café: blup… blup… blup.

    Jamás podré sentir un conjunto mayor de emociones y sensaciones que cuando pronuncies ese “hola” entre muecas de sonrisa e incredulidad. Hará años que no nos vemos, pero ese hola marcará el resto de mi vida.

    Sin duda lo he visto. Tengo esa capacidad, ese don. He podido ver cómo te volveré a encontrar, y formarás parte de mi vida. En apenas un par de segundos he visto cómo te convertirás en mi debilidad, en mi talón de Aquiles. He conocido mi futuro junto a ti y no puedo dejarte marchar.

    Hola, vuelve.

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  2. LAS PEQUEÑAS!!

    Comienza la marcha, estamos todos preparados. Sentimos la ansiedad de la diversión del comienzo de una aventura. Ponemos todo el peso en los talones primero, luego en la puntera. Así miraba yo a la pequeña. En mi vida hay dos pequeñas, mi sobrina que es la pequeña de la casa y Elenita la pequeña en el grupo de amigos.
    Es la primera marcha de muchos km de Ana y se ve que está nerviosa y ansiosa por descubrir lo desconocido.
    Así nos despedimos de los participantes. Elena y yo nos dirigíamos al coche para poder llegar al punto de destino. Donde recibir a la pequeña con los brazos abiertos y con las alegrías de la tarea superada.
    Aprender que participamos en pequeñas cosas que configuran un conjunto, un conjunto que nos define y nos enseña. Nos enseña la filosofía del trabajo, del esfuerzo. De esforzarte un poco más para llegar a la meta. Disfrutar de la recompensa. No de la victoria, sino de esa sensación de estar orgulloso de uno mismo.
    Ele y yo somos amigas desde hace tanto tiempo que ni recuerdo el inicio. Pero en realidad, en la amistad ocurre igual, se van superando diferentes etapas que te unen más a una persona o te separan definitivamente. Lo importante es llegar a esta meta en la que sabes que pase lo que pase esa amistad será para siempre.
    La fuerza con la que construyes tu camino hace que todo lo que permanece te defina. Quién te rodea?, quien te acompaña? Cómo vas marcando tus pasos dependiendo de las sensaciones que te provocan las personas que quieres o que vas a querer.
    ¿Quién quieres ser?

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  3. PEQUEÑO CONJUNTO DE SENSACIONES

    “Papá, ¿qué tengo que estudiar para ser investigadora?”.
    Esta era la frase que Hanna repetía a su padre una y otra vez desde que tenía uso de razón cada vez que llegaba la época de exámenes, ya fuese en primaria, en la educación secundaria e incluso en bachillerato. A diferencia de las niñas de su edad que todas querían ser bailarinas o modelos – malditos estereotipos – ella siempre había querido ser investigadora.
    Le llenaba de placer pensar que su nombre saldría en los periódicos junto a la noticia del descubrimiento de la vacuna para una epidemia o la cura de una enfermedad mortal.
    Mucho tiempo había pasado desde entonces, pero lo había conseguido, o al menos estába dando los primeros pasos para conseguir su sueño. Hanna había conseguido ser una joven pero ilusionada química genetista.
    Tumbada en la cama como estaba, volvía a agradecer a Cristóbal Colón por haber descubierto América y haber acercado el precioso cacao a la vieja Europa. Hanna, desde que descubrió esa curiosa relación entre Colón y su adicción al chocolate no había día que no agradeciese tan accidental descubrimiento.
    Le encantaba comer chocolate casi en cualquiera de sus versiones. Desde el humeante tazón de chocolate con leche, en especial el que servían en la chocolatería de San Ginés, hasta las tabletas más negras y amargas de chocolate puro, pasando por cualquier otra opción con sus diferentes porcentajes de cacao, incluso la Nutella, que llegaba comérsela a cucharadas como un yogur. Para Hanna era el alimento perfecto, su talón de Aquiles, su merienda favorita cuando metía las onzas que su madre le racionaba en el pan crujiente. Cuando se padre le empezó a regalar chocolatinas de los países que visitaba, consiguió enlazar el placer del cacao con la alegría del regreso paterno. Esa una sinapsis mental que le ofrecía una satisfacción interna inmensa que quería que se repitiese una y otra vez. ¿Quizá era esa sensación la que se podía considerar una adicción?
    El queso podía oler muy mal pero podía saber muy bien. Un café recién preparado siempre huele fantástico, pero no tiene el mismo sabor cuando se bebe, y eso es decepcionante. Pero con el chocolate, el placer de la anticipación y la recompensa de comerlo coinciden. El aroma y el sabor es el mismo. Comía las chocolatinas con los ojos cerrados, siempre; los cerraba al mismo tiempo que cerraba los labios y lo empezaba a saborear, dándolo vueltas en la boca para que se derritiera y acariciara su lengua, sensualmente, sintiendo ese pequeño conjunto de sensaciones, como un beso.
    Esa fue una de las razones, quizá la principal para decidir que su destino estaba en Ginebra y marcharse sin más.
    Decidió pasear por la ciudad. Sin un rumbo fijo. Llevaba aquí un par de semanas y no había podido hacer ni siquiera un poco de turismo.
    Arrancó su marcha por la Rue de Mont Blanc llegando en un instante al Pont des Berges. Desde el puente, decorado con enormes banderitas tan habituales en los monumentos de Suiza, se podía ver perfectamente el geiser en funcionamiento, lanzando agua sobre los barcos que pasaban cerca. Taciturna y con paso melancólico cruzó el puente para llegar al jardín inglés y su reloj floral. Era media tarde y un sol primaveral caldeaba el ambiente, pero se sentía el fresco preludio del atardecer.
    Encaró la calle Rue Cité y luego subió la empinada Gran Rue hasta la parte vieja de la ciudad. Llegó a la placita Bourg de Four, escoltada a la izquierda por la Catedral de San Pedro y al frente la entrada de una coqueta cafetería Lis&Com.
    La caminata le había bajado los niveles de feniletilamina hasta límites preocupantes para ella, y necesitaba de esta sustancia presente en el chocolate para seguir caminando. Entró en el Lis&Com y pidió, con su perfecto francés, un chocolate con leche: “Chocolat au lait, s'il vous plaît.”.
    Sentada tranquilamente, con los codos apoyados en la mesa redonda de una esquina del recinto, abrazando con ambas manos la taza humeante, la mirada se perdía en el punto de fuga infinito de la pared de enfrente.

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