Martes, 16 de Abril de 2013
| 1943 | El doctor Albert Hofmann descubre los efectos psicodélicos de la droga LSD. |
| 1919 | Gandhi anuncia un día de "oración y ayuno" en respuesta a la Matanza de Amritsar (India). |
| 1917 | Lenin regresa a Petrogrado (ahora llamado San Petersburgo, Rusia) desde su destierro en Finlandia. |
| 1838 | Comienza la Guerra de los pasteles, conflicto bélico entre Francia y México. |
| 1780 | La Universidad de Münster (en alemán: Westfälische Wilhelms-Universität (WWU)) fue fundada (Münster, Renania del Norte-Westfalia, Alemania). |
| 1728 | Nace el químico inglés Joseph Black, quien propuso el concepto de calor latente, y descubrió el dióxido de carbono y el bicarbonato. |
| 1622 | El cardenal Richelieu es nombrado primer ministro de Francia, cargo que ocupó en los reinados de Luis XIII y Luis XIV. |
| 1581 | Felipe II es proclamado rey de Portugal, en el monasterio de Tomar, tras la conquista por las tropas españolas. |
Las palabras aleatorias seleccionadas para hoy han sido:
ARRIBA
ZANCOS
LUMINOSO
RECIPIENTE
EPIDEMIA
¡Qué Dios reparta suerte!
DESDE ARRIBA PARA HACERTE FELIZ
ResponderEliminar¡Arriba! ¡Arriba! Papá ¡Súbeme arriba! ¡Arriba! Doblado sobre sus zancos el acróbata mantiene el equilibrio para recoger a la pequeña que con rostro luminoso sostiene entre sus brazos un recipiente azul lleno de confeti y la eleva a las alturas. A más de tres metros sobre el suelo la niñita se siente como un hada y poco a poco va deshaciéndose de su carga sobre el grupo de niños que, sentados en el suelo, la observan con envidia. ¡Un padre payaso!. EPIDEMIA DE RISAS, el circo ambulante, ha llegado al hospital.
SOLO UN RECIPIENTE.
ResponderEliminarLa epidemia ha hecho estragos, alcanzó a todas las personas que conocía, a mi familia y como no podía ser de otra manera ahora es mi turno. Noto como llego a mi fín, dicen que en los últimos momentos entras en un tunel oscuro con un haz luminoso al final de él y que esa travesía está llena de placer, de relax, de la tranquilidad propia de aquel que ha cumplido. Me siento diferente, en otro plano, como subido a unos zancos imaginarios que me permitieran ver desde arriba a los que sufren por mi inminente muerte. Creo que mi cuerpo ya sólo es un recipiente que albergó una vida llena y completa y que he pasado a otro estado. Sí, definitivamente me apago.....
INICIO LUMINOSO
ResponderEliminar¿Arriba?, ¿Zancos?, ¿Luminoso?, ¿Recipiente?, ¿Epidemia? me decía muy serio delante de mi rosto. Yo me quedo callado... y sonrío.
Arriba!! Grita mi voz interior todas las mañanas. Empiezo el día con poca energía falta luz, mis ojos no ven, mis manos no sienten mi cuerpo se mueve sin pensar, como un autómata que se activa poco a poco. Comienza el ritual del despertar. Entra la luz por la ventana, el paseo luminoso hacia tu día, y subida en mis tacones que son los zancos que me transforman comienza la búsqueda de las cosas sorprendentes que pasan todos los días. Comienza la búsqueda de la vacuna que cure la epidemia de la apatía mañanera que te transforma y te saca de tu recipiente de seguridad. Siempre pasa algo, siempre pasa algo que activa el latir de la vida…
ResponderEliminarFalta un título :-)
EliminarARRIBA!! ARRIBA!! ARRIBA!!!
EliminarSEÑORA ARRIBA
ResponderEliminarLa tarde transcurre anodina. Es uno de esos días en los que el trabajo se maneja de forma automática, robótica. No es capaz de recordar al paciente anterior, ni tan siquiera cuantos han pasado hoy por la consulta.
Echa la vista atrás y recuerda que han sido tantos los sueños que se han derrumbado desde que empezó a estudiar medicina, que no sabe cómo ha llegado aquí. Su objetivo, como el de todos los de su promoción, era ser el futuro y erudito doctor House, ácido, sagaz, inteligente y único. Rodeado de neumáticas enfermeras que bebiesen los vientos por su buen hacer. Pero aquí está él, siendo un médico de familia que diariamente se encarga de manejar una perdida consulta de pueblo. Atendiendo las múltiples epidemias de gripe que año tras año esquilman a la población de jubilados e inundan de mocos infantiles la consulta.
Vuelve a mirar el reloj. “Uff, que lento pasa el tiempo”. Revisa de nuevo la lista de pacientes y se levanta, abre la puerta y anuncia: “¡Susana Arriba López!, la siguiente, por favor.”
“Sí, aquí.” – La sensualidad de la voz que escucha le devuelve a la realidad del mundo. Ni el nombre, ni la voz, le resultan familiares y por supuesto no es ninguna de sus pacientes habituales. Levanta la vista y se encuentra enfrente de los ojos más azules y luminosos que haya podido observar jamás. Su corazón se acelera y recuperándose del primer impacto, sujeta la puerta como un auténtico caballero para permitir que este ángel pase a la consulta. Aprovecha ese instante para dar un repaso visual al escultural trasero que, soportado por unas torneadas piernas que se elevan sobre los exclusivos tacones de unos Manolo Blahnik. Los Manolos hacen que esta mujer se ensalce como sobre unos zancos que hacen que pueda ver el mundo desde una altura diferente al resto de los mortales.
Cierra la puerta, trata de recuperar el ritmo cardiaco necesario para mantener el sosiego, y se tranquiliza lo suficiente como para poder mantener una conversación adecuadamente profesional con ella. Ella se sienta en la desvencijada silla de pacientes y él vuelve a la segura protección de su escritorio que permite camuflar su incipiente erección.
- Buenas tardes señora Arriba, soy el Doctor Morada, su doctor a partir de ahora. – dice con una sonrisa que a ella le hace ruborizarse - No recuerdo haberla visto antes. ¿Qué la trae por aquí?
- Es la primera vez que vengo al pueblo. Estoy de vacaciones con unos familiares y necesitaba venir al médico.
Su voz es tan voluptuosa que la imaginación se le dispara y aprovecha la ligera conversación para volver a llenarse los ojos de su belleza. No llega a los treinta años, su figura es delgada pero atlética. El pelo castaño, largo y liso, enmarca un rostro moreno y dulce del que destacan los ojos, expresivos y brillantes; azules como el azul del mar de Sorrento. Lleva un top negro, ajustado, que deja un hombro al aire y un magnífico escote. La licra le marca los pechos y hacen que le cueste mantener los ojos fijos en su mirada. Una cintura para perderse y una minifalda que, a duras penas, mantiene a raya mientras está sentada. Nada hace sospechar que tenga ninguna enfermedad que requiera de una atención tan inmediata como recurrir a un médico de familia, en un lugar que no es el suyo.
Podría estar mirándola el resto del tiempo que queda de consulta, pero sabe que tiene que volver al mundo real.
- Bien Señora Arriba, ¿me permite que la tutee? – ella acepta asintiendo – Bien Susana, dime que necesitas de mí.
- Simplemente necesito que mire esto.
Con un gesto grácil, ella se agacha hasta recoger el pequeño bolso de mano que ha dejado a sus pies al entrar. Lo abre y saca un recipiente del tamaño un par de cajetillas de tabaco. Metido en una bolsa del Carrefour y rodeada con dos gomas elásticas. Envuelto en papel de aluminio y con otra capa de film transparente. Por un instante la intriga hace que su deseo se acelere, pero basta una milésima de segundo, un maldito instante, para esfumar todo el glamour y toda la romántica atmósfera.
- He traído unas muestras de heces para que las lleve a analizar.
SENTIMIENTO LUMINOSO
ResponderEliminarTodo feliz y contento, ahí estaba yo. Era provechoso, útil, servible como si fuera nuevo, como si nada hubiera cambiado. Había recuperado mi ventajosa posición en lo más alto. Era visible y temible, gracias al recipiente metálico que portaba, puede incluso decirse que escondía, ocultaba mi verdadera valía.
Habíamos sido desmontados y trasladados en contenedores a los depósitos, como si de una epidemia se tratara y tuvieran que ponernos en cuarentena indefinida. Sangre nueva ocupaba nuestro lugar, realizaba nuestro cometido. Acumulados como chatarra inservible, rodeados de desolación, convertidos en simples elementos de metal, como vulgares piezas desarmadas que eran nuestros miembros desmadejados…
Eso ya era parte del pasado, la crisis había conseguido lo que el sentido común clamaba. Volvíamos a estar subidos en nuestros zancos, en lo más alto, visibles y dominantes, nos estaban reutilizando, ellos, crueles, decían reciclando. Cumplíamos nuevamente la misión para la que estábamos diseñados, volvíamos a ser útiles, divulgábamos, advertíamos, sugeríamos, incluso exigíamos a través de nuestros mensajes. Reaparecía como lo que era, un cartel luminoso, con un mensaje claro y conciso, pero que muchos desdeñaban, ajenos a las consecuencias. “CONTROL DE VELOCIDAD”
EL AGUJERO NEGRO QUE NOS DEVORA
ResponderEliminarEPIDEMIA DE MELANCOLÍA
Alex era un reputado científico español trabajando en Suiza. Su expediente académico de Física era realmente ejemplar y su curriculum inigualable, lo que le sirvió para acceder a las escasas plazas de investigación privada que se podían conseguir en el CERN.
Su ritmo de vida no le dejaba otra opción que ser solitario y taciturno y así se encontraba ahora, mirando hacía arriba, hacia la oscura cúpula celeste que tantas veces había escrutado con su telescopio, tratando de encontrar respuestas a las preguntas universales, ¿a dónde vamos?¿de dónde venimos?
Enseguida, su vista localizó la constelación del Cisne, le encantaba esta formación en forma de cruz, con Deneb a la cabeza como la estrella más importante, de hecho era, y es, una de las estrellas más luminosas de la Vía Láctea.
Era "su" estrella. Cuando era niño, su madre se sentaba en el porche mirando el cielo estrellado y apuntando con su dedo hacia lo alto, le abrazaba por detrás y le susurraba al oído: "mira cariño, esa es tu estrella. Siempre estará ahí y te cuidará para que por las noches no tengas miedo".
Durante su periodo de trabajo en el observatorio de Roque de los Muchachos consiguió grabar en su mente esta constelación. Consiguió identificar más estrellas y constelaciones que las que se veían a simple vista, y fue entonces cuando realmente se embelesó con la belleza científica de Albireo, la estrella doble más famosa del cielo nocturno.
Aprovechó la epidemia de conocimiento científico, astronómico y de física cuántica que pareció inundar al mundo en la primera década del siglo XXI cuando Stephen Hawking comenzó a escribir libros con temática de agujeros negros orientados al gran público. La gente los compraba como si se tratasen de auténticos best-sellers de Stephen King, probablemente pensando que eran obra del mismo Stephen. Fue en ese momento cuando empezó su verdadero interés por estos desconocidos del espacio.
Desde entonces, todo su objetivo había sido estudiar estos fenómenos estelares. Desde que en 1964 se descubriese que en la constelación del Cisne podría existir un agujero negro haciendo pareja del famoso sistema binario de Albireo, se había convertido para él en una obsesión el conseguir demostrarlo.
Sonaba la triste voz de Silvio Rodríguez de en "Yo digo que las estrellas" y no podía darle más valor que nunca a sus versos:
"Yo digo que no hay quien crezca
más allá de lo que vale
—y el tonto que no lo sabe
es el que en zancos se arresta—"
Ahora, mirando la profundidad del espacio, sentado en el cómodo sillón que, colocado estratégicamente en el centro del salón abuardillado de su estudio de Lausana permitía observar el cielo a través de un gran panel acristalado, con su gintonic preferido y la música de Silvio se sentía triste, deprimido y melancólico.
El trabajo en el acelerador de partículas estaba cada vez más próximo a conseguir su objetivo y los escépticos no hacían más su imaginar finales catastróficos para la humanidad. "Se generará un agujero negro en el centro de Europa que tragará al planeta y a todos sus habitantes como si de un desagüe se tratara". Malditos estúpidos, este planeta no es más que el recipiente en el que viven casi siete mil millones de personas y una cantidad casi incalculable de seres vivos. Este experimento no iba a acabar con el planeta... o sí.
Para quien le interese el tratar de hacer una historia siguiendo un hilo argumental, aquí os dejo la sinopsis:
EliminarSINOPSIS
Un físico científico descubre que los agujeros negros que hay en el universo han sido realmente antiguas civilizaciones planetarias, que jugando a ser Dios, trataron de generar energía mediante la fusión nuclear y se les escapó de las manos.
Ahora él participa en un proyecto para encontrar el bosón de Higgs en el CERN y sospecha que si el experimento sale mal, la tierra puede llegar a ser un agujero negro más en el espacio.
Las luchas de poder en la comunidad científica, las presiones de la iglesia e incluso su familia y amigos hace su vida un auténtico infierno.