viernes, 13 de septiembre de 2013

13 SEPTIEMBRE 2013

Viernes, 13 de Septiembre de 2013




1975Un desequilibrado mental acuchilla al famoso cuadro de Rembrandt La ronda de noche, expuesto en el Rijksmuseum de Amsterdam.
1961Se anuncia el compromiso oficial de casamiento de Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, actuales reyes de España.
1959El cohete soviético que lleva a la sonda Lunik 2 alcanza la superficie de la Luna.
1955El canciller de la RFA acuerda con los soviéticos el establecimiento de relaciones diplomáticas y la repatriación de prisioneros de guerra.
1949la ONU acuerda poner bajo su control a Jerusalén.
1923Golpe de estado en España, protagonizado por el general Primo de Rivera, que suspende la Constitución, disuelve el Parlamento instaura la dictadura.
1868Descubrimiento del asteroide Climena.
1847Batalla de Chapultepec, las tropas estadounidenses invaden la capital mexicana.
1788Nueva York se convierte en la capital de los Estados Unidos.
-490Batalla de Maratón

Alguien también ha recordado que tal día como hoy en (1956) IBM presentaba un invento: el disco duro. Pesaba 1 tonelada y podía almacenar 5 Mb en 50 platos de 24 pulgadas.

Pues hoy dedicamos la entrada de hoy a este gran invento.

Las cinco palabrillas para hoy son 4 aleatorias y una fijada de antemano:

DISCO DURO
MILITANTE
TRANSPORTE
ACCIONES
BICICLETA

Adelante y suerte para todos.




6 comentarios:

  1. PILAR

    EL FAN NÚMERO 1

    Tenía las imágenes grabadas en el disco duro de su memoria. Y no era capaz de apartarlas, a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas.
    Los aplausos, las ovaciones...
    Los niños que le pedían insistentemente que posara con ellos en las fotos o un autógrafo porfavor, porfavor!!! o aquellas adolescentes que gritaban su nombre mientras se empujaban unas a otras aguantando sus risitas nerviosas cuando se las cruzaba por la calle.
    El tiempo había pasado. Ya peinaba ¡CANAS! en su antaño melena y ya hoy calva incipiente.
    Nadie le reconocía salvo su casero o los vecinos a los que musitaba un apagado buenos días -por decir algo- cuando compartían el ascensor.
    Ya no sonaba el teléfono ofreciéndole esos contratos desorbitados por millonarios, ni tenía esperándole a la puerta de su hotel de cinco estrellas todos los medios de transporte que quisiera sólo con sugerirlos.
    Se había convertido en una sombra de lo que había sido.
    Se resistía a sentirse frustrado. Él no era como el presidente que ha pasado a ser un simple militante...
    No. Era una sensación diferente.
    "Por sus acciones les conocereis" era una frase que había oido decir a su madre en la cocina mientras le preparaba esas sabrosas croquetas caseras que tanto echaba en falta.
    Él no había sido un estadista, ni un cirujano prestigioso, ni tan siquiera un juez "estrella".
    Su principal mérito estaba en su garganta. O mejor dicho, había estado, porque ahora sólo tenía esa permanente afonía que a veces le dejaba incluso sin voz.
    La gran estrella del firmamento se apagaba poco a poco, lentamente y sin hacer ruido.
    Y ahí estaba ahora. Delante de un teclado de ordenador. Rebobinando en el disco duro de su memoria. Para contarle a ese nieto que ni tan siquiera le prestaba atención, mientras jugaba con sus muñecos o le volvía loco dando vueltas y vueltas a su alrededor con su bicicleta: ¡Mira abuelo, con una sola mano y ahora sin las dos!.
    Le gustaría decirle que había sido un gran artista, un cantante que llenaba teatros con sus conciertos, a quien los niños y adolescentes le paraban por la calle, aguantando sus risitas nerviosas, para pedirle un autógrafo en una servilleta, una carpeta o su camiseta -todo rima- y que, por azares de la vida se dedicaba a cuidar de los hijos de sus hijos y a escribir en el blog de Cuentos casuales ideado por Jorge, Amalia y Ana, sus viejos recuerdos, esos que le venían a menudo a la memoria -algo es algo- para ver que en realidad El era su fan número one.

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  2. LA MODELO DESFIGURADA

    Lo reconozco. Soy una sentimental. No puedo evitarlo.
    Una canción, una frase cariñosa y recordar un momento especial con mi ex de los tiempos buenos y me quedo atrapada en mis recuerdos. Esos que no volverán por culpa de una BICICLETA.
    Ya me lo decía mi madre: "hija te vas a quedar en los huesos, no es bueno hacer tanto deporte", pero yo volvía a mis años rebeldes de hija contestona y no le hacía ni caso. Sé que tenía que haberla escuchado más, pero así es la adolescencia.
    Pero ya no hay vuelta atrás. Quería enfundarme en una talla 36. ¡Yo que usaba una 42!...bueno quizá era una 44, pero eso no lo sé fijo. A veces la memoria es muy selectiva.
    A lo que iba. Yo quería triunfar en las pasarelas como aquellas modelos esqueléticas que se ponían cualquier ropa y todo les sentaba como un guante y a las que los hombres miraban con admiración por el rabillo del ojo para no enfadar a sus gordas, pero felices esposas. Pero, claro, yo sólo practicaba deporte desde mi cómodo sillón de casa.
    El caso es que me puse a la tarea de adelgazar. Mi entonces marido -ahora ya pasa a engrosar mi lista de ex- me compró una bici y una caída a destiempo frustró mi ambición y mi carrera incipiente en el mundo de la moda. Apenas había desfilado en dos o tres muestras benéficas del barrio pero yo no tenía padrinos, ni madrinas y tenía que empezar desde abajo.
    La caída me destrozó la cara y, ahora, desde la cama desde la que estoy postrada, veo pasar las horas imaginando como se vería, en grandes titulares y en focos luminosos, mi nombre artístico en los carteles. Pero, cuando aterrizo en la realidad, y rebobino en el DISCO DURO de mi memoria, sólo me veo como la aspirante a modelo de rostro desfigurado. Podía haber llegado muy lejos. Y sin embargo, me he quedado a medio camino: una MILITANTE pasiva de las pasarelas que admira/envidia a sus imaginarias compañeras de profesión a las que no podré ver de cerca porque no me atrevo a subir a un TRANSPORTE público para ir al Madrid Fashion. Tampoco para acudir puntual a la cita con mi imaginario agente de bolsa para ver cómo suben y suben mis ACCIONES, en una buena inversión de vida de lujo y frenesí. Mi cotización está a la baja: ahora estoy tuerta, pero al menos me mantengo en la talla 44, a pesar de todo lo que como. No me privo de nada. Ya se lo decía yo a mi madre: "como no voy a ser modelo, ya no necesito a nadie. Bueno, quizá a algún ex....de vez en cuando. Para esos ratos en que me vuelvo una sentimental y no puedo remediarlo.

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  3. COHERENCIA EN LOS MILITANTES

    Era un militante de base convencido. Desde que un compañero de clase en su último curso de bachillerato le había convencido para ir a un mitin, se había sentido atraído por el partido. Colaboraba en cualquier acción que le solicitaran: pegada de carteles, transporte de ancianos para que acudieran a votar, donación de juguetes para los niños pobres en Navidad… Qué orgulloso se sentía de haber reconocido en la retransmisión de la Vuelta a España a aquel chaval al que había regalado su primera bicicleta.

    Pero hoy, después de ver el telediario, con solemnidad, sin que le temblara la mano, había prendido fuego a su carnet del partido sobre el cenicero con el símbolo de la gaviota y cenizas y cenicero se habían ido juntos a la basura.

    Su confianza en los dirigentes había empezado a tambalearse unos meses antes con tantos recortes y promesas incumplidas, pero escuchar que habían destruido el disco duro del ordenador eliminando pruebas de los delitos de aquél que estaba en la cárcel con 43 millones de euros salidos de las arcas del partido cuando él apenas llegaba a los 600 de pensión había derramado por completo el vaso de su ilusión.

    Para él, se habían terminado.

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  4. ACCIONES POR LA DEMOCRACIA


    Se abre el telón. Un despacho amplio. Aparcen en escena dos personajes, uno sentado en la mesa tecleando con desgana sobre un antiguo ordenador portátil. El otro paseando de un lado a otro, nervioso mientras de manera casi compulsiva da caladas a un enorme puro habano.


    RAJOY: Joder, joder, joder, Luis en que lio nos hemos metido.

    BARCENAS: Ninguno Mariano. Sabes esto desde el principio, ¿por qué entonces tanto revuelo ahora?

    RAJOY: Pues porque nunca pensé que los sobres que tanta gracia nos hacían al principio llegasen a generar este ruido.

    BARCENAS: Esto pasa por la puta crisis en la que nos ha metido el cabrón de Zapatero. Si la gente siguiese cobrando en negro como antes, pudiendo comprarse Porches Cayenne teniendo un sueldo de mierda e hipotecando su vida, la de sus hijos y la de sus nietos, esto de los sobresueldos, en lugar de ser una noticia para acabar con nosotros, serían vítores y aclamaciones por lo listos que somos en el arte de pillar; como ha sido siempre Mariano, como ha sido siempre.

    RAJOY: Pues claro, tienes razón más razón que un santo. ¿Quién me manda a mí ser presidente? Con lo bien que estaba yo siendo un segundón, ganando una pasta, forrándome con tus sobres y comprando las acciones que sabíamos antes que nadie que iban a subir al día siguiente.

    BARCENAS: Pero está claro que la situación no duraría para siempre. Los "donantes" no dan la pasta por nuestra cara bonita, la daban porque esperaban algo a cambio. ¿O crees qué la devolución de favores la habrías hecho siendo un simple militante del PP? La has podido hacer porque eres quien eres.

    RAJOY: (Suspirando y dando una profunda calada al puro) ¡Cualquier tiempo pasado fue mejor! Acuerdate que bien vivíamos con Jose María. Él si que sabía manejar estos asuntos. Hasta los puros que nos traía ese transporte que enviabamos a Cuba eran mucho mejores.

    BARCENAS: ¿Quién?¿Cañamero?

    RAJOY: No coño, ese es el de ahora... Menudo gilipollas, otro que en menudo lio nos ha metido. ¡Como teníamos pocos! Podía haber ido en bicicleta en lugar de coger un coche por esas carreteras comunistas.
    ¿Cómo llevas el cambiar los datos de la contabilidad B?

    BARCENAS: Diez minutos más y tendré todo listo para formatear el disco duro.

    RAJOY: ¡Qué Dios nos pille confesados, Luis!¡Qué Dios nos pille confesados!

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  5. Ponerme en Acción!!
    Algunas veces hay que ponerse en acción. Parece que el mundo se mueve pero tu propio mundo está estancado. Hay que buscar ese punto de motivación que te despierte de ese letargo que puede ser la rutina.
    Eso me pasó a mi aquél día. Me dirigía a la casa de la sierra. En primavera como intento hacer desde hace algún tiempo, procuro ir en bicicleta. No utilizar otro medio de transporte. Si quiero perderme y a la vez reencontrarme en la montaña, nada mejor que desplazarme en bici. Procurando relajarme y cansarme mientras marco el ritmo de mi camino.
    Supongo que estaba inmerso en mis pensamientos, la ruta es tan conocida que parece que mi cerebro no tiene que marcar ninguna orden específica para llegar al destino. En mi disco duro tenía toda la información, cuándo podía acelerar, cuál es la curva más peligrosa, donde está el Stop famoso, etc.
    Cuando me encontraba frenando, precisamente porque me acercaba a ese STOP donde tienes que elegir la ruta más corta y menos atractiva o la más larga y vistosa, apareció un coche en la cuneta. No sabía si había pasado algo o simplemente estaba abandonado. Me acerqué y desde la bici intenté asomarme por las ventanillas por si veía a alguien o algo. Había un montón de papeles políticos, sindicalistas o algo así. Este tipo de cosas, siempre me sorprenden, soy un ciudadano comprometido pero nunca he sido militante de nada, ni un partido político ni un grupo religioso, ni si quiera estuve en los Scaut por Dios. Esto querrá decir algo respecto a mi nivel de compromiso? Supongo que mis compromisos son individuales y personales. Todos tienen nombre, y sino conmigo mismo para conseguir mis metas y objetivos más personales.
    Cuando iba a empezar a acelerar para seguir mi camino, con la tranquilidad de la soledad. Un coche me adelantó bruscamente. Creo que me encontraba tan distraido que por ese motivo perdí el equilibrio y caí al suelo. Mi corazón se puso a mil por hora, supongo que es uno de esos momentos que son como el STOP, o pasa una tragedia o todo queda en un susto. Dos caminos, dos posibilidades.
    Al llegar al STOP, sólo dos opciones, por cual me decanto? Quiero llegar y tomarme y una cerveza y poner mi música, pero no siempre el camino más corto te proporciona el placer de conseguir llegar a la meta. Sin apenas pensarlo, me decanté por el paisaje, el esfuerzo y un rato más largo de soledad.

    Algo me transformó aquél día, prometo no rendirme nunca a la apatía.

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  6. EL MILITANTE

    Cajones fuera de sus ubicaciones naturales. Listones de madera, arrancados de su ubicación natural, figuraban bajo montones de papeles, ocultando pequeñas trampas sobre el suelo de parquet. Folios con planos y fotografías desparramados por todo el suelo formaban un abstracto mosaico. Estanterías que apenas soportaban un par de libros en pie, mientras el resto yacían inertes cubriendo casi por completo la alfombra. Los volúmenes más gruesos habían sido sacrificados a modo de macabro ritual: el contenido aparecía desgarrado de una cubierta despellejada posteriormente a golpe de navaja.

    Sin embargo, ni siquiera se habían asomado a la información del ordenador. Un primer análisis al log del equipo no dejaba lugar a dudas: hacía tres días que no se usaba. Y no porque no supieran como hacerlo. Era obvio que, pese al terremoto provocado, se trataba de auténticos profesionales con altos conocimientos técnicos, ya que ni la puerta blindada, ni el sistema de control biométrico, fueron forzados. Y para colmo, las cámaras de seguridad habían dejado un bonito hueco de dos horas en la grabación de la noche anterior.

    Evidentemente se trataba de un equipo bien entrenado en este tipo de actividades. Sabían dónde buscar... y no buscaban la típica información confidencial. Debía de ser algo físico, algo más material. Algo se me escapaba.

    La oficina, pertenecía a un militante del partido de la oposición. Uno más de los desaparecidos esta semana. En sólo tres días llevábamos cinco acciones similares. Todos los desaparecidos tenían idénticos despachos, pese a que no guardaban relación directa con sus puestos de trabajo. Pero en este caso había algo diferente, no era como los anteriores.

    El resto de desaparecidos ocupaban cargos importantes en empresas afines al partido, o bien en los cuerpos de seguridad del régimen gubernamental, algo bastante paradójico siendo militantes de la oposición. Todos ellos tenían buenos sueldos y unos cuantiosos ingresos extra. Sin embargo, sus cuentas bancarias seguían intactas, no se habían esfumado fuera del país llevándose consigo todos sus ahorros. Hasta el momento tampoco hemos podido asociarlos con cuentas en paraísos fiscales.

    “No, decididamente este caso es distinto” –me repetí una vez más. El dueño de ese despacho, Salvador, tenía un sueldo humilde, no tenía BMW ni chófer que lo llevase. “Claro, aunque ahora aparezcan los demás, ya no tendrán chófer tampoco” -pensé para mis adentros. Todos los conductores habían aparecido con un disparo en la cabeza, dentro del vehículo oficial aparcado en doble fila. A diferencia del resto de casos, en la acera de la C/ Libertad, sólo encontramos la bicicleta que Salvador usaba como medio de transporte. “Habría tenido un toque de humor negro encontrar un chófer muerto sobre el manillar”-bromeo conmigo mismo y sonrío abiertamente.

    Mientras mis compañeros lo revolvían todo en busca de pruebas, yo seguía parado en medio de la habitación, pensando. Mi subconsciente me decía que algo se me escapaba, pero no era capaz de saber qué. Algo había pasado delante de mis ojos y no terminaba de aflorar a mi consciencia.

    Con un café en la mano, por fin me percaté de que el resto de despachos tenían un portátil sobre la mesa, y sin embargo éste… éste tenía un viejo PC con el monitor amarillento por el humo del tabaco. Lo escudriñé con atención y observé que la carcasa no tenía tornillos. Mi curiosidad natural me llevó a abrirla e investigar en su interior. Todo parecía normal excepto porque… porque parece que… “¿no debería de estar esta pieza atornillada?” –balbuceé desconcertado. Extraje una pequeña pieza metálica, cuadrada, tras desconectar los cables con los que a duras penas se mantenía en equilibrio en el interior del PC.

    Mis manos torpes no consiguieron evitar que el artefacto se resbalase y cayese al suelo, abriéndose en dos como si de una caja con su tapa se tratase.

    “¿Qué es eso?” –preguntó el camarada más cercano a mí. A lo que escuetamente respondí: “No sé qué es lo que buscaban, pero sea lo que sea, estaba dentro de este disco duro”.

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