jueves, 26 de septiembre de 2013

27 SEPTIEMBRE 2013

Viernes, 27 de Septiembre de 2013




1998Se funda la empresa Google.
1996los Talibanes toman Kabul en Afganistan
1984El Congreso español aprueba una Ley Orgánica contra terroristas y bandas armadas.
1975En España son fusilados Baena, Sánchez Bravo, Garcia Sanz, Txiki y Otaegui. Son los últimos fusilamientos del franquismo.
1964La Comisión Warren hace público el informe sobre el asesinato de John F. Kennedy, según el cual Lee Harvey Oswald es el único responsable del atentado de Dallas.
1955España solicita el ingreso en la ONU.
1939Varsovia, sitiada, se rinde a las tropas alemanas, que capturan unos 160.000 prisioneros.
1841el general ODonnell encabeza en Pamplona un movimiento contra Espartero, cuyo objetivo es colocar de nuevo a María Cristina en la regencia.
1821Entrada triunfal del Ejército Trigarante al mando de Agustín de Iturbide a la Ciudad de México. Se consuma la independencia de México.

¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz! Quince añitos tiene ya Google y se nos ha transformado en todo un señorito (o señorita).

Yo me inclino más porque Google es una chica, porque como ocurre con todas las mujeres, no te deja terminar una frase y ya te está dando sugerencias.
[Lo siento chicas, el chiste era fácil. Sabéis que os quiero]

Pues si fuese chica debería celebrar su entrada en la madurez, y como es habitual en latinoamérica, celebrar su quince cumpleaños con toda pompa y circunstancia. ¿Sabíais que la fiesta de los quince años registra su origen en las celebraciones de antepasados indígenas, donde las niñas jóvenes pertenecientes a las tribus eran entregadas al jefe una vez que menstruaban por primera vez? El jefe, como un acto ritual, las accedía carnalmente, y así las jovencitas daban su paso de la niñez a la vida adulta.

Ale... nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Y después de todo esto, las cinco palabras de la semana:

RASCACIELOS
LLAVES
MININO
ALMANAQUE
MONSTRUO

¡¡¡A escribir!!!

10 comentarios:

  1. ¿DONDE ESTAN LAS LLAVES?

    Tarde, tarde. Tarde como siempre. ¿Dónde estarán las malditas llaves? Estoy segura de que las dejé encima del mueble. Como siempre. A ver si por despiste las metí en el cajón. ¿Cómo es posible que haya tanta porquería aquí dentro? Un almanaque de 2009. El minino ese de los chinos que me regalaron el año pasado por Navidad en el amigo invisible, ¡vaya chasco! La caja de lápices en forma de rascacielos que le compramos a. la niña cuando estuvimos en Nueva York. Cinco mecheros que seguro que ya no funcionan. ¡Una pipa! ¿Una pipa? Será de aquella época en que Marcos decidió que le daba un look intelectual. Tres bolis y un taco revenido de post-it. Por fin. Llaves. Un llavero con un timón, otro con una casita. ¿Llaves de Juan? ¿Juan? ¿Mi cuñado? ¿Desde cuándo tenemos aquí estas llaves? Si hace tres años ya que vendió la casa y se fue a Dublín. Pero ¿dónde están las malditas llaves del coche? Tienen que estar aquí. A ver. Al fondo. ¿Qué es ese bulto azul? Una marioneta del monstruo de las galletas. A ver si dentro… No, tampoco. Voy a llegar tardísimo. Esto no puede ser. Siempre dejo las llaves aquí y todos saben que no deben tocarlas.

    - Marcooooooos ¿has cogido tú mis llaves del coche que estaban en el mueble de la entrada?
    - Sí. No sé dónde he metido las mías. Toma. ¿Qué hacen aquí todas esas cosas?. Hombre… mi vieja pipa. Me da un aire intelectual ¿no crees? ¿No decías que tenías prisa? ¿Por qué te entretienes en limpiar ahora ese cajón de los desastres?
    - ¡¡¡Hombres!!!!

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  2. QUIEN ES EL MONSTRUO


    Abrió la puerta de su apartamento en la planta setenta y tres. Dejó las llaves en la mesita de la entrada. Y trastabillando con el gato que se le cruzó dos veces entre sus piernas, llegó al sillón, su sillón. "Dejame en paz Minino". Soltó un sollozo que sirvió para abrir las compuertas de sus lágrimas. Se acurrucó en la confortable protección de su sofá y lloró. Lloró de pena, de rabia o de ambas cosas juntas. No era la primera vez, ni sería la última.

    ¿Por qué la rechazaba esta maldita sociedad? ¿Por qué la trataban como a un monstruo?

    "Demasiado obesa para clasificar cartas". Éste había sido el argumento que utilizó el bastardo que le hizo la entrevista. "Maldito estúpido inutil, que ni siquiera era capaz de mantener el día el almanaque que tenía colgado a su espalda; seguía marcando la fecha de hacía dos meses."

    Le dijeron que era demasiado gorda para pasar entre las máquinas.

    Antonia, con sus 30 años y sus 120 kilos, no era la primera vez que le ocurría esto, pero quizás esta había sido la gota que colmó el vaso. Había sido la situación más humillante de su vida. Y ahora se encontraba sumida en un mar de lágrimas, acurrucada en su sillón y acariciando a Minino en su regazo.

    No lo penso dos veces. Se levantó con sorprendente agilidad. Se dirigió a la terraza. Acercó una silla a la barandilla y sin ningún gesto de vacilación se asomó al vacío que generaba el altísimo rascacielos de apartamentos.

    Pensó durante unos interminables instantes en saltar, pero finalmente algo saltó en su mente. Se bajó de la silla, y desde la seguridad que ahora le brindaba la barandilla, gritó con todas sus fuerzas:

    "LOS ENFERMOS Y DEFORMES SOIS VOSOTROS. AMARGADOS DE MIERDA."

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  3. EL MONSTRUO DE LA PUBLICIDAD

    "Aqui estoy, ahora, contemplando las maravillosas vistas que se aprecian desde el piso 144 de este imponente rascacielos haciendo los últimos retoques a mi proyecto. Soy publicista. Más bien lo era, porque me he quedado sin ideas. No quiero fracasar de nuevo, como ocurrió la última vez cuando la campaña que ideé fue un auténtico fiasco. Cada vez es más difícil pensar en algo original cuando tienes que pagar tantas letras (alquiler, coche, comida, ropa...) y eso sin tener una vida de lujo.
    Pero ¡soy un valiente!. Así se lo hice saber al estúpido e incompetente que me ofreció este trabajo. Tengo que sacar un almanaque para gatos. ¡Yo que sé si jamás me han gustado, no soy capaz de convivir con otro humano, como para hacerlo con un minino!.
    Pero aquí estoy, en el piso 144 de este magnífico rascacielos pensando en la campaña de alimentación gatuna.
    ¿Qué nos puede ofrecer para aumentar las ventas, cuánto piensa vender para destrozar a la competencia?, me espetó el payaso de turno revestido de directivo de Recursos Humanos (más bien inhumano como él).
    Y yo, lejos de amilanarme, le dije, con decisión, que todos los que produjéramos. Así, con dos pares.
    Y heme de nuevo aquí, junto a la ventana, de este asqueroso rascacielos. Un monstruo de edificio que da miedo sólo asomarse. Pensando si será mejor arrojarme al vacío como esa obesa de Antonia que, con sus 30 años y 120 kilos, fue rechazada por no poder pasar entre las máquinas o si, por el contrario, volverme a mi mesa de trabajo (la misma que sirve para proyectar planos que para comer porque es la única que tengo) y terminar esta maldita campaña promocional.
    No soy un publicista brillante, ni tengo las llaves que abren mercados y destruyen a la competencia. Pero ¡soy un valiente! y tengo que pagar todos los meses el alquiler de mi piso 144. ¡¡¡¡¡¡miau, miau y requetemiau!!!!!!!!!

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  4. SÓLO CON MI MININO

    Soy joven, de cuerpo atlético, guapo y rico. Eso, al menos, proclama mi madre. Tengo las llaves de un bugatti veyron (¡de 1.004 caballos!) aparcado a la puerta del rascacielos donde compré una lujosa suite. No soy un monstruo, aunque no salga en la portada de un almanaque.
    Entonces, ¡¡¡¡¿Por qué sólo me quiere mi minino?!!!!!

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  5. INFALIBLE COMO UN ALMANAQUE

    Ha vuelto a pasar. ¡Maldita sea! Me juré por lo más sagrado que no tenía que ocurrir y aquí estamos otra vez.

    Hacía años que tenía sueños premonitorios. Los visualizaba tan claramente como una película en alta definición. Y los sueños se hacían realidad con una pasmosa exactitud. De igual manera que ocurren las mareas, igual que sale y se oculta el sol en el instante exacto que marca el almanaque.

    Pero hacía tiempo que los sueños extraños que preveían las muertes de personas cercanas no me visitaban. Estos eran sueños peregrinos. No tenían ninguna coherencia y por ese motivo me despertaba agitado. Eran auténticas pesadillas que contravenían la lógica.

    El primero lo recordaba con auténtica angustia. La escena onírica era realmente confusa. Hacía calor, yo estaba pastando (¿pastando?) y un león se acercaba sigiloso a mí, pero no me podía mover, paralizado como una gacela en el Serengueti. Cuando el felino empezaba a ganar velocidad y pretendía abalanzarse sobre mí, se transformaba en un adorable minino que al caer sobre mi regazo, maullaba y me lamía la mano. Pero instantes después se transformaba en una serpiente amenazante, cuya lengua viperina cosquilleaba mi antebrazo y con un rápido movimiento clavaba sus ponzoñosos dientes en mi piel. En ese momento me desperté jadeando y cubierto en sudor. Este sueño estaba claro que no se iba a cumplir, pero quizás por ese motivo me dejó sumido en un mar de dudas. Cuando al día siguiente mi tío murió en extrañas circunstancias, no tuve ninguna duda. Estos sueños, raros, anormales, increíbles e imposibles anunciaban la muerte de algún familiar.

    No pasaban más de veinticuatro horas de tener uno de estos sueños y con exactitud suiza, se cumplía el profético sueño. Mi padre, mi madre, dos de mis hermanos menores e incluso el vecino de enfrente sufrieron las consecuencias de mis terribles pesadillas. Me estaba quedando sólo en este mundo.

    Ayer volvió a aparecer un sueño de este tipo. Subía en el ascensor de un rascacielos. Tenía la mirada fija en la pantalla de los pisos: quinto, sexto, séptimo… De pronto, sin una continuidad lógica piso veintitrés, piso treinta, piso doce. Perdiendo la sensación de subir o bajar, el display rojo se volvió loco hasta que al cabo de un momento comenzó una cuenta atrás: cinco y mis manos sudaban; cuatro y apenas podía tragar la saliva que se acumulaba en mi garganta; tres y apretaba los ojos lo más fuerte que podía; dos y el corazón latía para salirse del pecho; UNO y desperté.

    Me encerré en casa para intentar evitar la providencia. Bajé al garaje tratando de arreglar la moto que desde hacía años dormía debajo de una tela y esperé paciente a que pasase el día, intentando por todos los medios no ver a nadie.

    ¿Por qué tuviste que venir a buscarme? ¿Por qué viniste hermano?

    Había que cumplir el ritual. No podía quedar un sueño sin su consecuencia. Mientras se acercaba a mÍ para saludarme, descargue toda mi rabia en golpearle la cabeza con la llave inglesa que tenía en la mano. Una, dos, tres,… veinte, treinta y seis veces, hasta que su cuerpo inmóvil quedó sobre un enorme charco de sangre que manaba de su destrozado cráneo.

    Soy un monstruo, no lo puedo evitar. Otra vez ha vuelto a pasar. ¡Maldita sea!

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  6. La gran final "soñada"

    Allí estabamos, a menos de 24 horas para jugar la gran final, concentrados en una lujosa suite de aquel gran rascacielos de Nueva York. Habíamos completado una gran gesta, pues nuestro equipo hacía numerosos años que no había conseguido ningún éxito.
    Eramos los mismos, pero con nuevo entrenador y con un punto más de motivación. La afición estaba con nosotros y no podíamos defraudarlos, la victoria sería nuestra.
    Nosotros mismos teníamos las llaves del éxito. Llegados a este punto no podíamos caer. Teníamos la moral por las nubes. Llegabamos tras vencer en el derbi y nadie nos hacía sombra.
    Eramos conscientes de la admiración que levantábamos en la ciudad y entre el resto de equipos de la competición.
    Yo era la estrella de este equipo, el capitán. Es cierto que el sin el trabajo y la labor de todo el equipo jamás hubieramos llegado hasta aquí, pero nadie duda de mi aportación. Mis números recogidos en los almanaques deportivos así lo demuestra. Esta temporada ha sido mi culmen. Muchos dicen que he terminado de explotar mi potencial, pero que aún me queda margen de mejora.
    Es cierto que ha sido muy sencillo jugar con todas estas magnificas personas. Tengo sobre la mesa un suculento contrato, de un gran equipo que llama a mi puerta, y son de esas oportunidades que no puedes dejar escapar. Nadie sabe nada de esto, no he querido decirlo al equipo para no desanimar.
    Muchos en esta ciudad me consideran un monstruo por la temporada que he realizado, rompiendo todos los records posibles, pero me asaltan las dudas. ¿Seré capaz de demostrar este "potencial" en mi nuevo equipo donde casi todos son estrellas consagradas?
    Me retiro a una esquina del gran salón de la suite, me enbarga una sensación que nunca había sentido, estoy nervioso, me sudan las manos y no tengo apetito. Mientras se respira un ambiente de plena concentración. En estos momentos la "gran estrella" se siente como un pequeño y frágil minino.
    Me voy a dormir con esta preocupación, pero con la conciencia centrada en la importantísima final. ¿Qué mejor que despedirme de esta gran familia levantando el trofeo de campeones?
    Estoy convencido, no me preocuparé más. He demostrado de que soy capaz con trabajo. Mañana volveré a demostrarlo sobre el campo como llevo haciéndolo toda la temporada y nos alzaremos con la victoria.
    En medio de todos estos pensamientos me embargó un gran sueño y caí rendido en las sábanas de mi cama. Había sido un día duro, tras la semifinal, la sesión de recuperación y mis comeduras de cabeza.

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  7. EL RASCACIELOS

    Era una lámina de almanaque, preciosa, con un rascacielos iluminado en mitad de la noche. No podía dejar de mirarlo. Se imaginaba toda la vida qué debía de haber en su interior.
    Y de pronto se acordó de su infancia. Ahora ya no se estudiaba Historia Sagrada. Uno de los pasajes que más le habían impresionado en aquella época fue la construcción de la Torre de Babel. Los hombres querían elevar una torre tan alta que llegase hasta el cielo. Pero, explicaban los maestros, Dios viendo su arrogancia, confundió sus lenguas y no podían entenderse, así que nunca pudo terminarse.
    De ahí, supongo, que se inventaron las escuelas de idiomas.
    Hoy en día hay rascacielos en muchos países. Y Dios tiene asuntos más importantes en qué ocuparse. Además, los pobres infelices de los hombres sólo quieren rascar un poquito de los cielos y eso se puede permitir. Entrar ya es más difícil, si no se tienen las llaves de San Pedro.
    Le distrajo de sus pensamientos los maullidos de su gato. Se lo regalaron cuando no era más que un minino indefenso, no el monstruo en que se había convertido. Sus divagaciones podían esperar. Ahora tenía que atender al amo de la casa.

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  8. Es un monstruo

    Corro escaleras abajo huyendo del monstruo y , me sorprendo cuando piso tras piso de este interminable rascacielos puedo saltar el tramo de escaleras casi entero. El ruido ensordecedor me persigue y apenas me da tiempo para girar los 180 grados y después del primer escalón, zas! vuelo de nuevo. Se que abajo está la llave de mi salvación, o no, pero estoy obligado a intentarlo y puedo hacerlo, aunque mi dueña antes de estrellarse el avión en los pisos superiores me reducía a la categoría de minino urbano. No pienso, sólo corro, salto y adelanto a esos humanos torpes para los que tantas veces pasaba desapercibido y que ahora se cambiarían por mi sin pensarlo. Otro piso más, y otro, los cascotes caen a mi alrededor y los gritos de la gente se multiplican. No sé como acabará este día pero sin duda el almanaque se teñirá de negro........sin mi.

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  9. EL OTOÑO
    Ya llego el otoño como todos los 21 de setiembre del almanaque por más que se empeñen en confundirnos los meteorólogos de la 1 con otras fechas.
    Hoy me he levantado triste sin ningún motivo. Preparo el desayuno, leche, café, el actimel que no falte, los kiwis, ¿Dónde están las galletas, las del monstruo?, uff casi piso al gato, puñetero minino siempre entre los pies. Prueba conseguida, ya me puedo sentar a desayunar.
    En la tele repiten una y otra vez las mismas noticias y aparecen las imágenes del tráfico con los rascacielos de Florentino al fondo, que pereza, me pongo la chaqueta, compruebo que llevo las llaves, y salgo a perderme en el tráfico imposible de la hora punta de Madrid.
    Sigo triste, será el otoño.

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  10. Anuncio. Buscando la llave

    Abrí el buzón para recoger mi correo. El almanaque de publicidad típico que envían a principio de año, facturas y facturas, una postal, increíble todavía llegan y el periódico.
    Mientras me dirigía al ascensor para subir a mi apartamento de este modernísimo rascacielos, ojeo el periódico y ahí estaba el anuncio en clave como todas las semanas:

    Mínimos y máximos
    Ángeles y demonios
    Almas solitarias en busca de conocimiento
    Es un lugar para charlar y relajarte no hay juicios ni normas.
    La alegría de la juventud te conquista
    Para encontrar la llave sigue al monstruo.

    Ahora una cerveza y a seguir buscando hoy es un monstruo en el periódico... Mi tarea de los últimos domingos por la mañana. Esto supone leer el periódico de cabo a rabo. No vale saltarse una noticia, el dato puede encontrarse en la sección de sucesos o en la de deportes. Es indiferente, nada tiene que ver... Lo bueno de este juego es que han conseguido que nos leamos todos los artículos, y además con atencion.

    Ya conozco la ciudad, el barrio, el teléfono. Esta semana doy con el escondite. Al entrar en casa me recibe el minino, pobre todavía no tiene nombré el animal. Monster? Quizás

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