[San Castor de Tarso, San Cirilo de Heliópolis, San Conón de Naso, San Doroteo de Gaza, San Esteban Harding, San Gontrán I, San José Sebastián Pelczar, San Hilarión de Bitinia, San Proterio, San Sixto III, San Tutilo]
| 1996 | La Universidad Complutense de Madrid cierra los institutos de estudios internacionales creados por Gustavo Villapalos. |
| 1990 | El Parlamento de Israel reafirma a Jerusalén como capital del Estado. |
| 1979 | Accidente nuclear en Three Mile Island (Pensilvania). |
| 1960 | Juan XXIII nombra el primer cardenal africano, el primer cardenal japonés y el primer cardenal filipino. |
| 1939 | El general Francisco Franco conquista Madrid. 4 días después terminaría la Guerra civil española. |
| 1933 | El Parlamento alemán confiere poderes dictatoriales a Adolf Hitler. |
| 1930 | Constantinopla y Angora cambian sus nombres por Estambul y Ankara. |
| 1929 | Se crea el Banco Exterior de España. |
| 1899 | Marconi establece la comunicación radiotelegráfica entre las dos orillas del Canal de la Mancha. |
| 1884 | Se crea el cuerpo de la Guardia Civil por Real Decreto de Isabel II. |
| 1845 | Estreno, en Madrid, de "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla, obra teatral representativa del romanticismo español. |
"Mecagonenlamar", no tengo tiempo para nada... voy todo el día a la carrera.
Pero siempre hay que encontrar cinco minutos para darle vidilla al blog de los cuentos. Hoy otra nueva entrada con otras nuevas cinco palabras:
BOMBA
CONQUISTAR
TAXI
PROTECCIÓN
CRUZAR
Sin más, me voy a mi siguiente reunión....
MALDITA BOMBA
ResponderEliminarUna antigua leyenda japonesa asegura que quien haga mil grullas de papel los dioses le concederán un deseo, no importa cuál sea pero sí que esté en lo más profundo del corazón…
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Había pasado una semana de mi llegada a Japón. Turismo en el país del sol naciente. Después de haber recorrido Tokio durante estos últimos siete días, tomé un tren bala para cruzar el país hasta la otra punta y llegar a Hiroshima. La sensación al llegar era de tristeza. Tomé un taxi para dar un vistazo rápido a la ciudad y hacerme una idea de los sitios a los que volver para visitar con mayor detalle.
Al pasar frente al parque de la paz de Hiroshima fijé mi vista en la figura de bronce una niña que sostenía entre sus manos una gran grulla con las alas extendidas. Entre mi escaso conocimiento del idioma japonés y las vagas explicaciones en el inglés del taxista pude entender que se trataba de Sadako Sasaki.
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Hacía calor ese día seis de agosto, cuando las sirenas de la ciudad volvieron a sonar como empezaba a ser costumbre. Sadako apenas contaba con dos años de edad cuando, junto con su familia trató de buscar la protección que brindaban los refugios antiaéreos, pero ese bombardeo iba a ser diferente. Sólo cayó una bomba, tan devastadora como un millón de rayos y un millar de terremotos. Ciento veinte mil compatriotas murieron ese mismo día o en los pocos siguientes. Por suerte, ni a Sadako si a su familia les había ocurrido nada. Creció siendo una niña sana y fuerte.
Cuando tenía once años, mientras participaba en una carrera, se desplomó a unos pocos metros de la meta. Los médicos descubrirían la causa, tenía leucemia.
Su mejor amiga, Chizuko le contó la vieja tradición sobre alguien había realizado mil grullas de origami y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Su amiga le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado: “Aquí tienes tu primera grulla”.
Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de volver a correr de nuevo. Al poco tiempo de empezar su tarea, conoció a un niño que, como ella, también tenía leucemia y le quedaba poco tiempo de vida. Le animó a hacer lo mismo con las grullas, pero el niño rehuyó el ofrecimiento sabiendo que moriría esa misma noche. Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la curación a todas las víctimas del mundo.
Sadako empezó a hacer grullas de papel con cualquier material que caía en sus manos: papel regalo de otros enfermos, las cajitas de los medicamentos, periódicos, ¡lo que fuera!
Después de poco más de un año, la enfermedad conquistó la vitalidad de la niña y con doce años murió en el hospital. Sólo alcanzó las 644 figuritas.
Sus compañeros de colegio y amistades quisieron rendirle un homenaje y completaron las que hacían falta hasta el millar.
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«Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo»
EL TAXI DE TODOS
ResponderEliminarLa noticia cayó como una bomba. Aquel hombre bueno, que había llegado al pueblo diez años antes tras cruzar todo un continente, que había conquistado los corazones de todos aquellos que habían compartido con él kilómetros y kilómetros hasta la capital en aquel viejo taxi, el único en veinte kilómetros a la redonda, que él había convertido en su forma de vida y sus convecinos, ancianos en su mayoría, en la forma habitual para acercarse al médico, a la farmacia, a ver a los hijos, a las bodas de los nietos de los viejos amigos que habían tenido que emigrar, a algunos funerales también.
Aquel hombre en quien confiaban para hacerles pequeños recados las ancianas de magras pensiones, huesos cansados y pocas ganas ya de abandonar la tranquilidad de su casa sin una necesidad imperiosa:
- Mira a ver si me traes una protección solar para el nieto, que se me ha terminado y sólo para eso no me voy a dar un paseo
- Pues ya que vas, tráeme a mí una bobina de hilo blanco. De algodón, eh, que no te den de ese sintético
- ¿Puedes pasarte por casa de mi hija a llevarle esta caja de conservas caseras? Y aquí van unos cuantos botes de tomate para ti.
- ¿Me puedes recoger las gafas que dejé arreglando el lunes en la óptica? Dijeron que costaría unos cuarenta euros. Toma cincuenta, por si acaso,
El hombre que cada mediodía, puntualmente, recogía a los tres niños en edad escolar del pueblo de la escuela de concentración de Monte Alto, donde cada mañana les dejaba alguno de los pocos padres jóvenes que habían retornado al pueblo por la crisis y que tenían largas jornadas de trabajo en la ciudad.
Aquel hombre de brillante piel negra, luminosa sonrisa blanca, modales suaves y educados y agradable acento francés, al que tanto querían y en el que tanto confiaban, acababa de ser detenido por traficante, violador, asesino y, por si fuera poco, bajo sospecha de canibalismo. La justicia africana había llegado a La Mancha y les había dejado sin transporte.
TAXI!!
ResponderEliminar-Taxi!!!
Me encontraba gritando bajo la lluvia, cada vez más mojada y de peor humor.
Todos los que pasaban estaban ocupados y no por mi desesperación iba a cambiar la situación.
-Debería cruzar la calle? Parece que pasan más en el otro sentido. Va da igual, esta es mi dirección, no tengo que cambiar mi rumbo.
Miraba a mi alrededor todo el mundo buscaba protección bajo sus paraguas o en cualquier portal, la calle era de los coches y mía. Nadie más parecía atreverse a cruzar si quiera.
En fin, es agua, y te proporciona también un no se qué de libertad!!
Comencé a tranquilizarme, respiré profundamente. Esos olores en medio de una tormenta de verano son tan agradables.
Después de un rato, se nota claramente cómo se ha purificado el ambiente para dar paso al sol de nuevo.
Comprobando que ningún taxi iba a ser para mí, lo mejor que podía hacer era entrar en un bar tomarme un café y parar durante los 15 minutos de tormenta. En realidad, yo necesito parar.
Quizás sea una señal, no debo ir a buscarle!!
Ahora necesito que me conquiste, parece que se ha acostumbrado a que siempre se me pasa, que puede hacer cualquier cosa, y no es verdad. Ya queda poco en mí de aquella convicción que sentía al mirarle.
Un taxi para en ese momento, lo veo desde la ventana. Podía ir corriendo!! Estoy tan triste que no tengo fuerzas.
Mi corazón se acelera, mi atención se fija en quien sale del taxi, parece que dentro de mi va a explotar una bomba. Es un chico.
Parece él? No seguro que no es, estas cosas no se le ocurren es tan seta.
ES ÉL!!!
Parece que comienza la conquista de nuevo!!