viernes, 14 de agosto de 2015

14 AGOSTO 2015

Viernes, 14 de agosto de 2.015
[San Arnulfo de Soissons, San Eusebio de Roma, San Facanano de Ross, San Marcelo de Apamea, San Maximiliano Kolbe, San Ursicino del Ilírico]



2005En Atenas, ocurre el accidente del Vuelo Helios Airways 522.
2003Un corte en el suministro de energía eléctrica afecta a algunos estados del noreste de los Estados Unidos y parte de Canadá, afectando a ciudades como Nueva York y Toronto; el mayor "apagón" registrado en la historia.
1971Bahrein alcanza su independencia del Reino Unido
1947India y Pakistán alcanzan su independencia del Reino Unido
1945Japón se rinde luego de la invasión de fuerzas soviéticas de Manchuria y la destrucción de Hiroshima y Nagasaki por bombas atómicas
1415Don Duarte y Don Enrique "El Navegante" conquistan la ciudad de Ceuta.
[Fuente: efemerides.net]


¡¡¡ Por fín !!! Parecía que nunca iban a llegar, pero aquí están... LAS VACACIONES.

Todo el año de trabajo, estrés y prisas para llegar a este momento, en el que tenemos el trabajo de ir a la piscina diariamente, el estrés de saber que hay de comida, y de cena, y de merienda, y de desayuno, y de aperitivo y las prisas por pillar sitio en primera línea de olas.

Pero siendo hoy mi último día de trabajo antes de las vacaciones, siguen apareciendo puntualmente las cinco palabras semanales:

FONDUE
HOY
VENUS
GUERRA
ENFRENTAR

Adelante mis muchachos!!!!

3 comentarios:

  1. SOLO FUE UNA FONDUE


    Aún dormido, Antonio sintió un escalofrío que recorrió su columna vertebral. La habitación mantenía una temperatura correcta pero una brisa heladora congelaba su rostro y su cuello y le hizo despertarse sobresaltado.

    - Pero ¿que demonios es esto?¿quién es usted? – Balbuceó aún medio dormido. Apartando de un manotazo el brillante filo de una guadaña que era mantenida por la huesuda mano de una oscura forma humanoide y que amenazaba su cuello.
    - ¡Uy, perdón!... El demonio no tiene nada que ver en este asunto. Yo trabajo de por libre.
    - Maldita sea, lárguese inmediatamente de aquí si no quiere que llame a la policía. – Gritó levantándose de la cama de un salto con la intención de enfrentarse directamente con aquel huesudo individuo.
    - De verdad que lo siento. Deja que me presente. Soy la muerte y hoy es tu día. No deberías haberte despertado, pero es que hoy he tenido un día de perros y quizás he bajado un poco la guardia contigo.
    - ¿Qué cojones dices de la muerte?
    - Sí, reconozco que suena raro, pero así es como es. Ni luces al final del túnel, ni sobras que te llevan si eres malo y luces si eres bueno, ni tonterías de esas. Llego yo, paso esta guadaña por el gaznate y ya está, todo se acaba.
    - Vamos, no me jodas, ¿pero como va a ser hoy el día en que me muera? Pero si soy aún muy joven.
    - Sí, he leído tu ficha. Pero has llevado una vida de muchos excesos. El alcohol, ese porrito de vez en cuando, el hacer ejercicio solo desde el sofá, la mala alimentación... y a tus cuarenta y cinco años, el colesterol no perdona. La fondue y los cinco copazos de esta noche han sido la gota que ha colmado el vaso y que ha terminado por atorar tus arterias.
    - A ver, a ver, vamos a hablar esto, seguro que se puede negociar. Tengo sólo cuarenta y cuatro y medio. Yo quiero vivir. Tengo aún muchas cosas que hacer en este mundo.
    - Claro, como todos. ¿Pero para qué quieres vivir más? En tu ficha pone que no has nada digno de mención. ¿Por qué piensas que viviendo más tiempo vas a hacer algo productivo?
    - No sé. Tengo que conocer a mi media naranja, esa Venus que debe estar esperándome por algún sitio. Tengo que hacer algo por la humanidad. Tengo que plantar un árbol, tengo que escribir un libro, tengo que tener hijos que mantengan mi memoria. – Antonio se empezaba a poner nervioso.
    - Ufff... Mucho quieres hacer tú. Pero si no lo has hecho en cuatro décadas y media en la que tenías mucha más ambición, ¿crees que lo vas a poder hacer ahora que te cuesta horrores levantarte de la cama, que te duelen las articulaciones como si tuvieses alfileres y que el corazón te late tan deprisa que se te saldrá literalmente un día por la boca?
    - No, no, no. No voy a entrar en tu guerra dialéctica, que me quieres liar, cabronazo. Voy a pensar racionalmente. Seguro que los gintonics me están jugando una mala pasada y esto no es más que una pesadilla. Me voy a volver a acostar, a cerrar los ojos y mañana será otro día. – Se volvió a sentar en la cama, se recostó del lado izquierdo, dando la espalda a su contertulio.
    - Eso eso, duérmete. Si en definitiva tienes suerte. Te ha tocado una muerte dulce. Un ataque al corazón mientras duermes. Un ligero paso de mi afilada guadaña y me voy a otro sitio. Pero rapidito, que tengo mucho trabajo aún por hacer esta noche.
    - Pues eso. Ale, a tomar por culo ya.
    - Muy bien, eso es. Buen chico. Adiós Antonio.



    - Joder macho, ¡qué mal rollo! ¿Sabes quién se ha muerto?
    - No sé.
    - Pues Antonio. El gordito.
    - No me jodas, pero si era joven, ¿no?
    - Pues más o menos de nuestra edad. Hay que fastidiarse, estamos ya en la rampa de salida.
    - Que va hombre. Si es que Antoñito no se cuidaba nada.
    - Pues ya ves. Por la noche poniéndose hasta el culo de comer y beber y al día siguiente como un pajarito.
    Si es que no somos nadie.

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  2. EL GUIÑO DE VENUS
    - ¡Hombre Joaquín, cuánto tiempo! Desde que tienes una moza guapa en la casa, no quieres salir ¿eh?
    Todos piensan lo mismo, y ríen. Leandro, el camarero, lleva oyendo los mismos comentarios desde que el hijo de Joaquín llegó al pueblo, y le sirve un carajillo. Bien cargado.
    - Vamos hombre, siéntate aquí que empezamos un tute. Alegra esa cara de funeral y cuéntanos, cuéntanos qué tal la francesita.
    Carcajadas. Joaquín renquea hasta la mesa apoyado en su bastón y se sienta como si la silla tuviera clavos. La francesita. Ha entrado en su vida como el trueno que predice un rayo venidero. Mangonea en la cocina, en la casa, en su propio hijo. Se han casado en un ayuntamiento francés hace seis meses, y aparecen ahora, sin avisar, para contarlo. Si la pobre Eufrasia estuviera viva, no se daría esos aires de grandeza la muy
    - Puta de oros! A ver a quién le bailo las cuarenta!
    Joaquín lanza el caballo sobre la mesa y Manolo, su pareja de hoy, blasfema sin discreción.
    Pintan espadas. Carmelo arrastra y le birla otras cuarenta a un Joaquín gafado. Manolo se tiraría de los pelos, si le quedaran. Onofre y Carmelo ganan sin esfuerzo, mano tras mano. Parlotean, ríen, canturrean, le aturden como la maldita francesa que le espera en casa, que no vuelva tarde, le ha dicho, que cenarán una fondú, o fondé, o qué coño será eso, por ahí sí que no pasa, cenará sopa de ajo como todas las noches, y volverá cuando le salga del
    - As de bastos? Qué cab…!
    Joaquín le pide a Leandro otro carajillo, pero sin café. Y ya van tres. Hay que joderse, con la francesa y con el tontaina del hijo, ya le decía él a la Eufrasia que lo estaba mimando demasiado, a ver si vienen a meterle en una residencia y a quedarse con la casa.
    Anochece. Manolo abandona el bar jurando en hebreo. Carmelo y Onofre se despiden con la risa floja del ganador inesperado. Leandro esconde el orujo manteniendo firme la mirada del hombre que apenas puede mantenerse sobre el callado. Gruñendo, Joaquín se va. Camina con los últimos rayos de sol a sus espaldas. No quiere volver a esa casa invadida. Alza la vista al cielo. Qué debo hacer, Frasita, dime qué debo hacer, porque lo que yo quiero es… es… Joaquín aprieta el puño del bastón, tiembla y lo levanta con rabia, sin saber muy bien si sacudir primero a la francesa usurpadora o al tontaina de su único y mimado vástago. El alcohol y la falta de apoyo hacen que Joaquín trastabille y caiga torpemente en el suelo pedregoso de una aldea que solo conoce el asfalto en la Calle Mayor. Está cansado. No es fácil vivir sin ella. Comprende que contra quien quiere levantar el bastón es contra la vida misma, que le pasa por encima sin pedir permiso, y le atropella. Se queda allí tirado un rato, vencido, incapaz de enfrentarse a sea lo que sea una fondú.
    Sobre los azules de los que se cubre el cielo antes de ser oscuro por completo, Venus resplandece. Brilla dulce, sin remedio, por derecho propio, casi con descaro. De repente, Joaquín se incorpora ¿Ha parpadeado Venus? Demasiado orujo, amigo, es hora de volver a casa ¿Cómo? Otra vez? Y otra? Joaquín se incorpora con una agilidad inusitada, tironeado por un halo de luz que le incita, vamos Joaquín, que has sobrevivido a la guerra, a la posguerra, a mi padre, a mi ausencia, levántate y vuelve a casa, que es tuya, y prueba esa fondue que te prepara la madre de tu futuro nieto, que será niño y se llamará como tú. No tengas miedo. Yo estoy contigo.
    Joaquín se acuesta con la tripa llena y el corazón contento. Va a ser abuelo de un pequeño Joaquinín. Y la fondue esa estaba rica, rediez. Nadie le va a meter en una residencia, y mañana va a darles una paliza a los pardillos de Carmelo y Onofre. Y mientras deja los dientes en el vaso de agua, se da cuenta de que su bastón se ha quedado en la calle, olvidado en el suelo. Parece que las arrugas pesan menos esta noche. Abre la ventana: quiere volver a ver, antes de dormir, el guiño de la dulce y descarada luz de Venus.

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  3. La tripa llena y el corazón contento. ¿Quién necesita más para ser feliz?

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