viernes, 25 de noviembre de 2016

25 NOVIEMBRE 2016

Viernes, 25 de noviembre de 2.016
[San Adelardo, San Alano, Santa Catalina de Alejandría, San Dubricio, San García de Arlanza, San Gonzalo obispo, Santa Jucunda, San Márculo, San Maurino, San Mercurio de Cesarea de Capadocia, San Moisés, San Pedro de Alejandría, San Pedro Yi Hoyong, San Riel]



1993Cientos de miles de personas se manifiestan en toda España contra la reforma laboral.
1991Los astronautas del transbordador Atlantis logran colocar en órbita un satélite artificial capaz de detectar explosiones nucleares y el lanzamiento de misiles.
1986La UNESCO declara Patrimonio de la Humanidad las ciudades de Toledo y Cáceres, el conjunto monumental mudéjar de la ciudad de Teruel y el Parque Natural de Garajonay, en Canarias.
1984Primeras elecciones democráticas en Uruguay tras once años de dictadura.
1979Egipto recupera los pozos petrolíferos del Sinaí tras los acuerdos de Camp David.
1922Mussolini recibe poderes dictatoriales del Parlamento italiano.
1821Se proclama la independencia de Costa Rica en Alajuela.
1811Las Cortes de Cádiz aprueban la institución de la Lotería llamada nacional.
1741Isabel I de Rusia, emperatriz de Rusia, Llamada La Clemente sube al trono, tras encerrar en una prisión al zar niño Iván VI.
1578Felipe II ordena en Madrid a los obispos americanos que castiguen a los clérigos que maltratan a los indios.
1500Regreso de Cristóbal Colón a España de su tercer viaje, encadenado debido a las acusaciones falsas hechas contra él.
1491Acuerdos entre Boabdil y los Reyes Católicos para la rendición de Granada en Santa Fe.
1177Batalla de Montsigard, entre Saladino y las tropas cristianas de Jerusalén.
[Fuente: efemerides.net]


¡¡Vaya, vaya!! He tenido que revisar el histórico del blog de Cuentos Casuales para ver si ya había hablado en el pasado del Black Friday y parece ser que no, que no he hablado nunca de este día, así que, ¡Qué buen momento!

Ya me conocéis, así que antes de hablar de una cosa me gusta documentarme al respecto, por tanto, ¿de dónde viene esto del Viernes Negro?

El Black Friday es el día que inaugura la temporada de compras navideñas con significativas rebajas en muchas tiendas minoristas y grandes almacenes. Es un día después del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, es decir, se celebra el día siguiente al cuarto jueves del mes de noviembre.

El término se originó en Filadelfia, donde se utilizaba para describir el denso tráfico de gente y vehículos que abarrotaba las calles al día siguiente de Acción de Gracias. El uso de este término comenzó alrededor de 1961 entre los oficiales de policía encargados de la regulación del tráfico, popularizándose hacia 1966, y extendiéndose al resto de los estados a partir de 1975.

Más adelante, surgió una explicación alternativa, refiriéndose el término «negro» a las cuentas de los comercios, que pasan de números rojos a negros gracias al superávit.

(¡¡aaayyy!! que buena es la wikipedia para conocer todas estas cositas)

En resumen, que aún tenemos la nómina del mes fresquita cuando ya estamos en pleno proceso de fundírnosla en mil cosas que probablemente no necesitemos.

Así que sin más que deciros que consumáis moderadamente y siempre dentro de vuestras posibilidades y que entre compra y compra escribáis algún que otro cuento con estas nuevas cinco palabrillas de la semana:

AGUDO
CLIMA
ARQUITECTO
NOSTALGIA
VAGABUNDO



"El consumidor es un eterno lactante que grita para tener su biberón: una condición que asume obvia evidencia en fenómenos patológicos como el alcoholismo y la dependencia de las drogas".
Erich Fromm


1 comentario:

  1. ¡Gracias arquitecto, gracias!

    - Con este clima… nunca sabe una a qué atenerse, ¿verdad? – me dijo mientras yo cerraba tras de mí la puerta del ascensor.

    Siempre que me dirigía algún comentario, lo hacía acompañado de una hermosa y sincera sonrisa, mostrando esa imperfecta dentadura que hacía que su persona, toda ella, el conjunto de su físico y su carácter, aún me resultara más atractivo si cabe.

    Las veces que subíamos juntos y ella no decía nada, pasaba el resto del día y de la noche con una intensa sensación de nostalgia. Pienso que es así
    como se debe sentir un vagabundo, con una vida en un tiempo pasado mucho mejor y despojado de repente de un techo bajo el que dormir.

    - Es cierto, uno no sabe si coger el paraguas o ponerse las chanclas y las bermudas, ¿a que sí? – respondí sin pensarlo mucho.

    ¿“Las chanclas y las bermudas”?, ¿no se me podía haber ocurrido alguna tontería mejor que decir? Creo que hasta ella se percató de la ridiculez que asomó a mis mejillas en forma de calor.

    - Sí, es cierto. Yo todas las mañanas las echo al bolso por si acaso –añadió con una sonora carcajada.

    Con esa prudencia que la caracterizaba y su agudo sentido del humor, volvía a salvar el incómodo silencio que se ocasionaba siempre que yo metía la pata con algún comentario indebido; cada vez que decía algo que era mejor callar. Cosa que empezaba a ocurrir con demasiada frecuencia.

    Al llegar al tercero, ambos salíamos y tocaba despedirnos. El extraño diseño de puertas anti-incendios y deformados pasillos modernistas forzaban una situación que, vista desde fuera, resultaba hasta ridícula. Para que ella pudiera pasar primero, algo que todo caballero español considera básico en su educación, se producía una simpática sucesión de posturas, un baile de movimientos para evitar roces y contactos no debidos, aunque por mi parte intensamente deseados desde hacía mucho mucho tiempo.

    Aquel “black friday” la bolsa que traía se atascó en uno de los infinitos recovecos del pasillo, haciendo que perdiera el equilibrio y terminara con su cabeza y su mano izquierda apoyadas sobre mí. En décimas de segundo la tenía agarrada por la cintura para evitar una potencial caída y había analizado todos los componentes de su perfume: vainilla, sándalo, ahazar, un tinte de canela, extracto de benjuí, …

    Mirándome fijamente a los ojos y sin despegar su mano de mi pecho, sus palabras sobre una alfombra tejida de juguetonas sonrisas, llegaron flotando en su aliento impregnadas con ligeros tintes del Marlboro que se acababa de terminar: “vaya, ha tenido que ocurrir un accidente para que por fin te lanzaras a por mí”.

    En mi cabeza no paraba de dar las gracias al arquitecto, por terminar los planos de aquel edificio aún con los estertores de una larga noche de fiesta y alcohol.

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