viernes, 8 de noviembre de 2013

8 NOVIEMBRE 2013

Viernes, 8 de noviembre de 2013




2002El Consejo de Seguridad de la ONU, por unanimidad, da a elegir a Sadam entre desarmarse o la guerra con la aprobación de la resolución 1.441.
1996Se hallan los cuerpos de cuatro misioneros maristas españoles asesinados en Bugobe el 31 de octubre.
1995El Congreso aprueba por 200 votos a favor el nuevo Código Penal.
1988El republicano George Bush sale elegido presidente de EE.UU.
1983Fallecen 126 personas al estrellarse, en al aeropuerto de Lubanga, un avión de las Líneas Aéreas Angoleñas.
1960John F. Kennedy se convierte en presidente de los EE.UU. al derrotar por escaso margen de votos a Richard Nixon.
1956Israel decide retirar sus tropas del Sinaí.
1936El general Miaja se hace responsable militar y político de Madrid tras la retirada del Gobierno de la ciudad durante la Guerra Civil.
1932Franklin Delano Roosevelt es elegido presidente de EE.UU.
1926La isla de Luzón (Filipinas) queda arrasada por un tifón que causa la muerte de 175 personas.
1895Konrad Roentgen hace público su descubrimiento de los rayos X.
1838El músico Federico Chopin y la escritora George Sand llegan a la isla de Mallorca (España), donde vivieron un romance.
1519Hernán Cortés llega las puertas de Tenochtitlán y Moctezuma sale a recibirlo.
392El emperador Teodosio el Grande prohíbe los cultos no cristianos en el Imperio Romano.
1793Se inagura el museo de Louvre de París.

Gracias a Konrad Roentgen llevamos 118 años con la posibilidad de podernos hacer fotos "de por dentro" del cuerpo.

A lo que a mi me surge una duda... Cuando nos hacen una radiografía, ¿sonreímos como en las fotos?

Menos mal que ya es viernes, porque la semana ha sido larga y dura como la ........ VIDA.

Cinco palabrillas nuevas:

BOMBÓN
FIESTA
BIKINI
EXTRANJERO
SOCIEDAD

Al lío. A ver si hay más tiempo en esta semana para poder escribir más cuentos.


5 comentarios:

  1. Estrenando bikini
    Llega el buen tiempo y comienza esa alegría sana y natural que llega al alma solo por la luz y el buen tiempo. Ganas de salir de fiesta, de estar en la calle, de planear viajes al extranjero o dentro de España. Las ilusiones surgen espontáneamente, parece que no hay tantas normas impuestas por la sociedad o las obligaciones aunque sigan flotando por ahí.
    Me levanto y como está el sol, pienso será mi primer día de bikini este año, este bikini nuevo tan sexy que hace que luzca mi tatuaje. Mmmmm este tatuaje que define este año para mí en tantas cosas.
    Llegué a la piscina, mis amigos ya estaban esperandome. Y yo dispuesta a darme mi primer chapuzón, haciendo un poco el payaso como siempre, escuché la frase de un grupo cercano. Mira que bombón, que bien le queda ese tatuaje!
    jijiji, mi tatoo!!

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  2. Alta sociedad

    Hacía siete años que no asistía a una de esas fiestas de la alta sociedad. Siete largos años alejado de ese exclusivo entorno. “Fiestas de la alta sociedad ¡já!” pensó mientras apenas reprimía una sonrisa de medio lado. El hábitat natural de los nuevos ricos y los niños y niñas de papá. Cada vez acudían los mismos idiotas, y en cada ocasión lo hacían con una pareja más despampanante que la de la fiesta anterior. Para tan distinguida ocasión todos dejaban su cerebro bien guardado en casa; ellas lo escondían dentro de la cajita de tinte y ellos en el bote de las proteínas.

    -¡Qué ironía!, “alta sociedad”, cuando lo único que ocurre en estos eventos es que se desatan las más bajas pasiones. Eso sí, todo es… muy social.

    Acudió solo, como siempre solía hacer. Accedió tras recibir una presión casi insoportable de un buen amigo. Alguien a quien tenía en mucha estima, pese a que con demasiada frecuencia se dejaba arrastrar a esos juegos de desmadre sin fin. No era mala persona, pero le gustaba demasiado “vivir”, como él mismo decía.

    No reconocía ya aquellas casas, aquellos jardines, se sentía como un auténtico extranjero en su propio barrio.


    Cuando la puerta se abrió, justo unas milésimas de segundo antes de sentirse idiota exclamó: “¡vaya bikini!”. Ella simplemente sonrió y le respondió: “¿Quieres un bombón?”

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  3. UN BOMBÓN....HELADO

    ¿Y quién es ese bombón que está embutido en ese vestido de noche, tan elegante, tan sensual, tan insinuante?, le preguntó a su amigo, alzando la voz para hacerse oír en medio del griterío de la fiesta.
    "A esa, ni mirarla. Está 'ocupada'. ¿Entiendes?, le respondió tajante.
    Otra vez había picado. No era la primera vez que se encontraba solo en medio de tanta gente. Él tenía fobia social. No quería salir de casa. Apenas tenía conversación aparte del manido estado del tiempo y se sentía ridículo entre la denominada "alta sociedad". No pintaba nada ahí. Necesitaba respirar aire puro. Y decidió salir al jardín.
    Estaba perdido en sus pensamientos cuando percibió unos ligeros toques en la espalda. Unos dedos suaves tamborileaban en su hombro. Se giró. Ahí estaba la mujer del traje insinuante. Su cara era para echar a correr. Fea como el demonio en versión femenina. Ella ni se inmutó al ver su cara de susto. Con total naturalidad, se sacó el pitillo que llevaba en la comisura del labio y se lo acercó suavemente.
    "¿Me das fuego?, oyó salir de su boca. Estaba ojiplático sin salir de su asombro al ver cómo aquella sirena de mar podía acercarse a un pececillo como él.
    "Te daría fuego e iría contigo al fin del mundo", le respondió embobado.
    Era fea como un diablo, pero tenía un cuerpo de escándalo.
    No habían transcurrido más de dos meses desde aquella fiesta y ahí estaban ahora los dos. En una playa de una isla exótica y paradisiaca de impronunciable nombre. "En el extranjero", decía a sus amistades para abreviar y no dar pistas cuando le interrogaban sobre su paradero.
    Ella se pasaba el día tomando el sol con un minúsculo bikini floreado. Él con sus Calvin Klein. Se lo debía todo a su amigo. A aquel canalla que no quería que se fijara en la chica porque era su última conquista. En esa mujer de cuerpo escultural y cara ajada, pero a él eso le traía al pairo. Era otra historia.
    Qué suerte había tenido de fumar en aquella época y odiar las fiestas de la "alta sociedad". Gracias a su fobia social había encontrado a la mujer de su vida. Era un bombón...helado, pero, al fin y al cabo, un bombón. Rico, rico.

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  4. ENTRE BIKINIS Y BOKATAS

    Ford Fiesta, BKN – BiKiNi.
    Range Rover, GXD – Gran Xilófono Dorado. Odio las matrículas con X. Con la X no se me ocurre nunca otra palabra.
    Un Mini de ésos que no son nada mini, CMG – Con Mucho Gusto.
    Volkwagen Passat, BMB - BoMBa mmm – no, ¡BoMBón, vaya rubio!
    Citroen Berlingo, CMC – Conduce Mi Coche. Esta sociedad está cambiando, cada vez se ven más mujeres conduciendo mientras los hombres se relajan en el asiento del copiloto.
    Adele en la radio. Hace mucho que no saca ninguna canción nueva.
    Audi Q5 – matrícula extranjera, con éstas no juego.
    Peugeot 3008 – HTJ. Hoy Toca Juka. ¡Viernes! Atasco y cañas. Ya llevo media hora en el coche y aún no he salido de Distrito.
    Citröen C3 Picasso (qué feo), HPP Hijo de Puta Poderoso, antiguo director de OSI.
    Un Golf de los antiguos M – BU, Madrid BasUra, no termina la huelga…
    Los Secretos, otro clásico. Las tres y media. Esto empieza a aligerarse.
    Seat León, BKT – BoKaTaaaaaa (de jamón)
    Las cuatro. ¡Qué hambre!

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  5. LA RECEPCIÓN DEL EMBAJADOR EXTRANJERO

    Soy una falsa. Sonrío mientras paseo por el salón y hago gestos de aprobación cuando intercambio saludos entre gente que apenas conozco. Sabía que estas fiestas de la alta sociedad formarían parte de mi vida cuando me vine a vivir con él al extranjero, pero no se si llegaré a acostumbrarme a ellas algún día. Las recepciones de mi marido, el embajador Kiribati, no tienen ni por asomo el glamour que destilan las de Isabel Presley y su montaña de Ferrero Rocher.

    Recojo un Martini de la bandeja de un camarero y trato de escabullirme hasta una esquina solitaria donde pueda pasar el mayor tiempo sin hablar con ninguno de los insulsos personajes de la fiesta.

    Ya llego, ya llego... Uffff dos sonrisas forzadas más y se me agarrotarán los músculos de los mofletes. ¡Bingo! He llegado a mi destino, y aunque sé que no es elegante y que si me ve mi marido me llevaré una cariñosa reprimenda, saco mi iPhone del bolso. Aprovecharé para revisar algún correo, el Twitter o alguna conversación de Whatsapp... o casi mejor, hoy es viernes, se deben haber publicado las cinco nuevas palabras de Cuentos Casuales, voy a mirarlas de inmediato.

    Se acerca un camarero para dejar a mi lado una bandeja de bombones, Ferrero Rocher, se me escapa una sonrisa, esta vez verdadera. Al final sí que se van a parecer estas fiestas a la famosa recepción del embajador de Isabelita. Apago mi iPhone y lo vuelvo a guardar en el minibolso. Suspiro y cojo el primer bombón... adiós a la operación bikini.

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