viernes, 1 de noviembre de 2013

1 NOVIEMBRE 2013

Viernes, 1 de noviembre de 2013




1996Estalla la guerra entre Zaire y Ruanda.
1995Después del "apartheid", las primeras elecciones municipales multirraciales en Sudáfrica las gana el Congreso Nacional Africano, de Nelson Mandela.
1993Entrada en vigor del Tratado de Maastricht.
1984Son declarados "patrimonio cultural mundial" por la UNESCO: la mezquita de Córdoba, la Alhambra y el Generalife de Granada, la catedral de Burgos, el monasterio de El Escorial y el parque Güell de Barcelona.
1962Es lanzada por la URSS la primera nave espacial con destino a Marte.
1960John F. Kennedy es elegido presidente de los Estados Unidos tras derrotar a Richard Nixon.
1952La primera bomba de hidrógeno, nombre código "Mike", fue testeada en el atolón de Enewetak en las Islas Marshall, por Estados Unidos.
1928Turquía adopta el alfabeto latino.
1922Se disuelve oficialmente el Imperio Otomano.
1755Un terremoto destruye la ciudad de Lisboa. Mueren 32.000 personas.
1700Con la muerte de Carlos II sin descendientes, finaliza en España la dinastía de los Austrias.
1506Fernando el Católico entra triunfalmente en Nápoles.
1478Una bula del Papa Sixto IV autoriza el establecimiento de la Inquisición en Castilla.

Oooohhh!!! Nuestro gozo en un pozo. No hace ni un mes que el blog comenzó a tener publicidad y conseguimos hasta tener 17€ acumulados en ingresos, pero el domingo pasado recibí este correo:

"A través de nuestros programas publicitarios, nuestra intención es crear un ecosistema online que beneficie a editores, anunciantes y usuarios.  Por este motivo, en ocasiones debemos adoptar medidas contra las cuentas con un comportamiento hacia los usuarios o hacia los anunciantes que puede afectar negativamente al modo en que se percibe el ecosistema. En su caso, hemos detectado actividad no válida en su cuenta de AdSense y se ha inhabilitado."

No saben decir cual es la actividad no válida que hemos realizado y que ha provocado esta situación, pero leyendo (ahora) las políticas de uso, puede que hayamos incumplido esta:

Métodos para fomentar los clics
Los editores no pueden pedir a otras personas que hagan clic en sus anuncios ni utilizar métodos engañosos para conseguir clics. Se incluyen, entre otros, la compensación a los usuarios por ver anuncios o realizar búsquedas, la promesa de recaudar dinero para terceros por dicho comportamiento o la colocación de imágenes junto a los anuncios individuales.

Así que, no pasa nada. El objetivo de esta página nunca ha sido ganar dinero y así se quedará. Muchísimas gracias a todos los que con buenas intenciones hacíais click a los anuncios y, como no hay mal que por bien no venga, así nos podremos concentrar más en escribir cuentos.

Por tanto, otra semana más tenemos nuevas palabras:

PILOTO
CARGA
PETROLEO
BALBUCEAR
GUSTO

A lo nuestro que es mucho más productivo para la mente que para el bolsillo. Escritores, ¡a escribir!

6 comentarios:

  1. PERO, ¿POR QUÉ BALBUCEA?

    Mientras el PILOTO CARGA el PETROLEO en su barco, BALBUCEA palabras de GUSTO ininteligibles.

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  2. PILOTO DE CARRERAS

    No ha sido fácil llegar hasta aquí. Cuánto esfuerzo, cuánto sacrificio, cuántas horas de su vida y la de su padre consumidas semana tras semana acompañándole en las carreras de karts. Lo recordaba como todo lo que le había pasado en su vida. Desde los cinco años había estado corriendo en las diferentes categorías. El olor a gasolina, la goma quemada y el tacto grasiento del petróleo que se utilizaba para limpiar las piezas de los motores formaban parte de sus más profundos recuerdos.
    No se le ocurría otra forma de vivir. El estremecimiento de quedarse pegado al asiento ergonómico del monoplaza en la aceleración, en las frenadas, en los pasos por curva. El gusto que tenía por la velocidad le provocaba una sensación sublime. Todo esto le había privado de otro tipo de vida. La más personal. La de la familia, los amigos, el amor.
    Pero finalmente estaba donde cualquier piloto hubiese soñado estar, en el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco. Uno de los grandes premios más antiguos y sin duda el más prestigioso. El circuito de Mónaco es cruel y no perdona a nadie. Algunos grandes campeones habían ganado todos los demás premios, y acabaron chocando contra una valla, quizá porque se relajaron en exceso. No iba a ser este su caso.
    No es favorito, sin duda. Partiendo de una posición muy retrasada y desde la zona sucia, no tiene casi ninguna opción, ya no solo de ganar el gran premio, sino incluso de conseguir algún punto.
    Se enciende la primera luz roja del semáforo. Un segundo después, que parece una eternidad y la segunda... la tercera, la cuarta, la quinta y tras los dos segundos más largos de la historia, se apagan las cinco luces y los motores rugen alcanzando los límites de revoluciones para traccionar lo máximo posible sobre las calles de Montecarlo.
    Apenas sin esfuerzo consigue encontrar un hueco entre dos coches que le permite realizar una trazada bastante limpia a la curva de derechas de Santa Devota. Encara la subida sinuosa por una calle llena de boutiques hasta llegar a Casino Square. Su ingeniero le balbucea algunas palabras por la radio interna, apenas puede escuchar algo sobre la carga aerodinámica del morro y que trate de reducir aún más la velocidad en las curvas lentas. Ataca la bajada hasta la curva de Mirabeau, y vuelve a bajar hasta la curva Loews, la curva más lenta de todo el campeonato, una horquilla de ciento ochenta grados que no puede pasarse a más de sesenta kilómetros por hora. Recordó las palabras de su ingeniero y redujo algo más la velocidad, lo suficiente como para poder ver las caras de los espectadores.
    Y allí la vio. Sus profundos ojos azules como el mar Mediterráneo que baña las costas de Mónaco se le clavaron en el corazón y por unos instantes perdió la concentración.
    Trató de centrarse en la carrera de nuevo pues inmediatamente se encontró con la Portier, una doble curva a derechas e inmediatamente después el túnel, el popular túnel que pasa justo por debajo del hotel Loews. Su mente sólo podía pensar en que podría volver a ver esos ojos otras setenta y siete veces más. Al salir del túnel pasó por la Nouvelle Chicane, y después la famosa curva de Tabac, la chicane de la piscina y la curva a derechas de La Rascasse.
    No llegó a saber si perdió tracción por abrir antes el embrague, o si alguien le golpeó el alerón trasero o si la pérdida de carga aerodinámica que su ingeniero le volvía a repetir de nuevo por la radio o quizá la falta de concentración en unas milésimas de segundo causaron que tomase la escapatoria de Santa Devota y chocase violentamente contra el muro.
    Con el bólido humeante, sin poder moverse, con los ojos cerrados y escuchando el murmullo de la gente, su último recuerdo fue para los ojos azules de aquella chica. Los brillantes y profundos ojos azules.

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  3. CON MUCHO GUSTO

    Cuando era un bebé, su abuela, como todas las abuelas, le había hecho el avión para que se comiera el puré. Cuando iba en la sillita y se ponía pesadito su madre, como todas las madres, le señalaba al cielo y le decía “Mira el avión”, y él apuntaba a la estela con su dedito y balbuceaba “vión, vión”.Cuando cumplió tres años su padrino, como todos los padrinos, le hizo un regalo no apto para su edad. Su primer avión teledirigido.
    No tardó mucho en montarse en uno de verdad.
    Su padre, como muchos otros padres, pasaba poco tiempo en casa. Trabajaba en una plataforma de extracción de petróleo en el Mar del Norte y unas veces él, y otras el resto de la familia, viajaban para reencontrarse. Cuando su hermana cumplió los catorce, como algunas otras hermanas, se fue a estudiar un año a Irlanda. En cuanto podían iban a visitarla. A los veinte, como muchos otros veinteañeros con ganas de ver mundo, se convirtió en un experto en localizar vuelos low-cost. Cuántos viernes se había presentado en el aeropuerto sin saber dónde iba a pasar el fin de semana. El avión era para él casi tan habitual como el autobús. Tanto gusto le cogió a volar que lo convirtió en su forma de vida. Ahora es piloto, y como todos los pilotos, habla, sueña, vive por y para su vocación.
    A quien le pregunta si no se cansa de dormir cada noche en una ciudad, con horarios imposibles, con dificultades para mantener relaciones estables, conociendo más aeropuertos que monumentos y con la maleta siempre a su vera les contesta con ese brillo en los ojos que nunca le abandona cuando habla de “sus pájaros” que nada de eso puede ser una pesada carga para quien desde que nació soñaba con volar.

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  4. EN LIS&COM DA GUSTO TAPEAR

    No soy de aquí, pero en esta ciudad me encuentro cómodo. La cantidad de veces que he paseado por sus estrechas calles, sus empinadas cuestas y su trazado medieval hace que Ávila no me sorprenda todo lo que me debería sorprender.
    Cuarenta y dos años; toda mi vida yendo y viendo, paseando y visitando, comprando pastas de té en Marisol y yemas en La Flor de Castilla.
    Ávila tiene la carga emocional personal suficiente como para que pueda moverme por sus calles con el piloto automático puesto y conseguir orientarme casi sin problemas.
    El paseo siempre confluye en la plaza de Santa Teresa. Lo que ha cambiado esta plaza desde que era una explanada de tierra, al espacio abierto que es ahora, que hasta Burger King tiene; y que se abarrota de terrazas y gente cada vez que el sol se muestra para darle brillo al granito gris del enlosado.
    Avanzo hacia la figura de la Santa, en posición de pleno estasis, protegida por los lienzos de la muralla, aguantando estoicamente las fotografías de los turistas, que balbucean irreverentes: “es la Teresa, la de las yemas”… ¡Qué falta de respeto! Es Santa Teresa, nuestra Santa.
    Atravesando la muralla por la calle Don Gerónimo, en el número 15, con su entrada pequeñita, azul, acristalada, y con las columnas cuadradas de granito gris, como la calle, como el empedrado y como todo Ávila, aparece LIS&COM, y como su propio nombre indica, está todo “Listo para comer”.
    Es hora del aperitivo y un vinito es lo más adecuado para este momento, y que mejor sitio que este para saborearlo. El ambiente tranquilo contrasta con el bullicio del turisteo exterior y el personal no puede ser más atento con el visitante que entra en su casa.
    La variedad de raciones y la calidad de las “tostas” y tapas son un regalo para el gusto. Y qué decir de los ibéricos, sublimes y espectaculares, nada parecido al asqueroso chorizo perrero que te ofrecen por ahí y que te deja un sabor a petróleo en el paladar.
    Se acaba la visita a LIS&COM con un delicioso café y un dulce que mata definitivamente al gusanillo y permite continuar el paseo, quizás ahora, a ver la catedral.

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  5. Sangre y petróleo

    A duras penas puedo balbucear lo que siento. He de hacer un inhumano esfuerzo para preguntar qué ha ocurrido. Todo me da vueltas. La cabeza me va a estallar. No distingo las figuras que tengo delante de mí y lo que hace un instante era un zumbido en los oídos, se está convirtiendo en algo atronador. En la boca detecto un sabor amargo, con un profundo gusto a sangre. Y el olfato lo siento saturado con un intenso olor a petróleo.

    Esta nueva mezcla de carburante de alta combustión no ha dado el resultado que esperábamos. Me he excedido en la carga y lo he pagado caro. He acabado con mi corta carrera de piloto de prototipos de exhibición.

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  6. PILOTO DE TIERRA

    Sólo a mí se me ocurre pedir la plaza en Castellón, pero la alternativa de mi jefe no admitía discusión: "o coges ese destino o te vas a la calle". Y. lo cogí. Yo venía animado. Hay un inmenso aeropuerto. Que no haya aviones ni actividad aeronáutica alguna es harina de otro costal. Aunque en mi curriculum conste que tengo 300.000 horas de vuelo, ahora soy un piloto de tierra, igual que una carga de petróleo sin jeque árabe que extienda la chequera. Pero es problema de mi compañía aérea. Aunque al principio me he quedado sin palabras y apenas he podido balbucear unas silabas al ver que no tendré actividad alguna en mis años de retiro forzoso, sé que sarna con gusto no pica, creo que he elegido bien. Soy un piloto afortunado y con los pies en la tierra.

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