jueves, 10 de abril de 2014

11 ABRIL 2014

Viernes, 11 de abril de 2014
[San Antipas, San Barsanufio, San Domnión de Salona, San Estanislao de Cracovia, San Felipe de Gortina, Santa Gemma Galgani, San Isaac de Spoleto]




2002Golpe de Estado en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez, toma el poder momentáneamente Pedro Carmona Estanga. Chávez se comunica por última vez antes de ser depuesto por una cúpula militar.
1985El Tribunal Constitucional español declara parcialmente inconstitucional la "ley del aborto", pero lo admite en los supuestos de violación, malformación del feto y peligro para la vida de la madre.
1970El Apolo 13 es lanzado a la luna, pero no puede aterrizar y regresa a los seis días.
1963El papa Juan XXIII firma la encíclica Pacem in terris (Paz en la tierra).
1919La Sociedad de las Naciones crea la Organización Internacional del Trabajo.
1899España cede Puerto Rico a los Estados Unidos.
1856Primera Batalla de Rivas, el ejército de Costa Rica vence a los filibusteros dirigidos por William Walker en Rivas, Nicaragua, en la cual muere Juan Santamaría, héroe nacional de Costa Rica.
1815El general Manuel Piar libra la batalla de San Félix, durante la guerra de independencia de Venezuela.
1713Francia e Inglaterra firman la Paz de Utrecht por la que los franceses ceden sus provincias marítimas a Inglaterra.
2002es depuesto por un golpe de estado en Venezuela, conocido como el "Carmonazo", el presidente de la república Hugo Chávez dejando más de una decena de muertos y varias decenas de heridos

Ya llegó la Semana Santa. Este año se ha hecho de rogar y conseguimos tener las primeras jornadas festivas desde el ya lejano 6 de enero.

Primero de todo, es necesario saber porque la Semana Santa cambia cada año, es la primera pregunta que siempre nos hacemos... No puede ser, si crucificaron a Jesús el día "tal"... pues debería conmemorarse siempre el mismo día ¿no?, debería ser como los cumpleaños (excepto los de mi amigo Manu, que como nació un 29 de febrero, realmente lo celebra cuando él quiere... ¡¡Saludos Manu!!).

Pues como casi todas las fiestas cristianas, todo tiene su origen en las fiestas paganas anteriores al cristianismo. Así pues, para calcular cuando es el domingo de Pascua de Resurrección veremos que es el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de marzo (es decir, el inicio de la Primavera) y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello puede ocurrir no antes del 22 de marzo y el 25 de abril como muy tarde.

Como veis, un cálculo demasiado pagano para una fiesta tan cristiana.

Y siguiendo con la labor social del blog, y aunque las cientos de películas que hay sobre este tema nos lo recuerdan año tras año, os paso qué se celebra en cada día de la Semana Santa. Hay que ver la que se lió en menos de una semana. De entrar triunfante en Jerusalén a morir crucificado cinco días después:


  • Domingo de Ramos. Entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.
  • Lunes Santo. Unción de Jesús en casa de Lázaro. Jesús expulsa a latigazos a los mercaderes del Templo de Jerusalén.
  • Martes Santo. Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y las Negaciones de San Pedro.
  • Miércoles Santo. Judas Iscariote conspira con el Sanedrín para traicionar a Jesús por treinta monedas de plata.
  • Jueves Santo. Lavatorio de los pies. La Última Cena. Eucaristía. Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní. Arresto de Jesús.
  • Viernes Santo. Prisión de Jesús. Los interrogatorios de Herodes y Pilato. La flagelación. La coronación de espinas. Vía Crucis. Crucifixión de Jesús. Sepultura de Jesús.
  • Sábado Santo. Vigilia Pascual.
  • Domingo de Resurrección. Pascua.


Pues bien... nosotros a lo nuestro. Las nuevas cinco palabras de esta semana son:

CORONA
FÓSFORO
CREER
BAJAR
INESPERADO

Aprovechad que tenéis más tiempo libre en estos días de asueto, y escribid algún cuento entre torrija y torrija.


3 comentarios:

  1. NO BAJES AL SALÓN

    Javier era un niño valiente, apenas tenía ocho años, pero nunca le había dado miedo la oscuridad ni los ruidos extraños. Era nochebuena y se despertó a media noche porque los nervios de los regalos, la bebida de la cena y el “Champín” con el que brindó con sus padres en los postres no ayudaban a que su pequeña vejiga aguantase ni un minuto más.
    Se levantó para ir al baño, y cuando regresaba a su cuarto, una voz lo llamó desde la chimenea del salón. Como siempre, andaba por la casa sin encender ni una luz. Bajó las escaleras y cuando llegó al salón apenas se distinguía el contorno de las cosas. Pero en el hueco cuadrado y negro de la chimenea, colgaba boca abajo una cabeza de barba y cabellos blancos.

    - ¡Eh! Javier, ¡aquí!
    - ¿Quién eres? - preguntó frotándose los ojos.
    - Soy Papá Noel.
    - Papá Noel, ¿de verdad?
    - Sí. Ven aquí. Saluda al viejo Papá Noel.

    Javier se fue acercando lentamente. La cabeza colgaba como si tuviera los pies hacia arriba y por dentro de la chimenea.

    - Eso es, ven… - decía la cabeza.

    Javier se desvió hacia el cestillo donde se guardaban los utensilios para encender el fuego.

    - Javier, ¿qué estás haciendo? Ven a saludarme.
    - No eres Papá Noel. ¿Crees que puedes engañarme?
    - Claro que lo soy.
    - Claro que no. Eres un monstruo. Sé que me persigues desde que nací.

    Javier encendió un fósforo y prendió fuego unas hojas de periódico. “Cuando sea grande voy a ser un cazador de monstruos.”
    Dicho esto arrojó los papeles encendidos a la chimenea. La cabeza abrió los ojos como platos por el inesperado giro de los acontecimientos y se ocultó rápidamente en el hueco oscuro del tiro de la chimenea. Se escucharon arañazos y chillidos como los de una alimaña encerrada en una jaula; los leños resecos comenzaron a arder y crecieron las llamas como una corona de fuego alrededor por todo el hogar.
    La criatura malvada se derritió como la cera y se escurrió hasta los leños hasta calcinarse y evaporarse para siempre.

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  2. Una reina y su corona

    No sé cuándo empezó todo. Creo que con aquellos juegos infantiles. Esos en los que nos dedicábamos a ser unos chiquillos siempre corriendo por el campo en la casita de la montaña de la abuela.
    En primavera, siempre nos hacíamos coronas de preciosas flores que nos ayudaban a ponernos más guapas. Los niños con sus sables de madera y las niñas con esas maravillosas coronas.
    Todo nos lo preparaba mi Tatá. Ella nos cuidaba y pasábamos allí diez días salvajes. Era tan divertido. Creo que por eso, siempre me pierdo en los campos cuando hoy hacemos alguna escapada. Y por eso, me encanta rodearme de niños y echar a volar la imaginación.
    Recuerdo cuando un verano, jugamos a la princesa de la torre. Esa triste princesa era yo. Llevaba llorando sin parar un buen rato, hasta que apareció la Tata con sus flores. Encendió una vela con un fósforo, bajó la persiana y sólo con la luz de la vela y la chimenea empezó a contarnos la historia.
    Era una niña muy querida, tan querida por su familia y su casa que cuando desapareció el reino entero fue cayendo en un pozo de tristeza y una pena profunda. No había brillo en ninguna de las fiestas que se preparaban, y a medida que pasaba el tiempo, hasta dejaron de realizarse. Las estaciones cambiaban solas no dependían de nadie, eran conscientes por el cambio del clima, las nuevas flores o los pájaros que emigraban y aparecían por los cielos.
    Mientras tanto aquella preciosa niña crecía encerrada en un castillo. Un gran castillo dorado, donde desde una ventana se observaba el paso del tiempo. Y en su interior se tenía de todo lo que aparentemente puede necesitar una persona. Todo menos el cariño verdadero.
    Un día apareció un muchacho llamando al castillo. Estaba perdido. Se había desviado en medio de una tormenta y en su viaje de aventuras, el destino le llevo hasta allí.
    La vieja que guardaba el castillo solo le ofreció algo de pan y agua y le echó hacia afuera.
    -Vete, vete. Este no es un lugar para alguien como tú.
    Intrigado el muchacho paralizado y mirando hacia el interior, observó cómo una mucha le observaba medio escondida desde un pasillo.
    Corriendo en el momento en que se cerró el portón, la mucha fue hacia el ventanuco, para observarle, se llenó de tristeza mientras corría hacia la ventana, por volver a estar sola y con el sosiego de querer escapar.
    -Por qué no puedo salir de este lugar?
    Al anochecer, sucedió algo inesperado. Tiró una cuerda hecha con sus fulares y con su corona de margaritas decidida comenzó a descender desde el torreón.
    Al llegar abajo, temblando y pasar el otro lado del rio, comprobó que alguien le seguía.
    Se escondió tras un árbol y al pasar delante se abalanzó sobre él.
    -por qué me persigues?
    - Tumbados uno encima del otro, replicó. Porque no quiero que nada malo te suceda.
    Si encontramos las respuestas, el camino a tu casa encontraremos. Busca las señales. Y juntos llegaron a su casa donde esperaban su regreso.

    Desde entonces siempre busco las señales cuando me siento perdida.

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  3. TODO ES INESPERADO

    -¡No me lo puedo creer!, ¿Pero qué ven mis ojos?, ¿eres tú realmente?, ¡después de tantos años, sin saber de tí!, ¿qué te ha traído hasta aquí, después de tantos años de silencio?, ¿sabes que tu madre apenas ha vuelto a ser la misma desde que te fuiste?, así, de repente, sin una explicación, sin una llamada telefónica, ni una carta, ni un wastshap, ni un e-mail, nada....solo silencio?, le espetó su padre nada más abrirle la puerta.
    Al menos, se la había abierto. En el fondo tenía razón. Era una descastada. No había dado señales de vida. Pero el tiempo pasaba tan rápido...
    ¡Mami, baja, ven, mira quién ha venido a visitarnos. No te lo vas a creer!. Ha sido todo tan inesperado, hija, pero me alegro de que hayas dado el paso y hayas decidido venir a vernos, le dijo su padre ocultando una media sonrisa, como la que le dedicaba cuando era pequeña con sus suaves regañinas.
    ¡Ya bajo, ya bajo...no puedo ir más deprisa. Las piernas, a estas alturas, ya sabes que me dan problemas, voy, voy...!, oía gritar a su madre desde la habitación.
    Aunque achacosa, su madre se conservaba bien. Qué cosas se le ocurrían ahora. Quizá eran los nervios. No estaba preparada todavía psicológicamente para hablar con ellos, pero no le quedaba otro remedio.
    ¡Hija, qué alegría más grande!, le repetía su madre entre beso y beso, tras el reencuentro. Su madre también era muy cariñosa, aunque la última vez que se vieron, casi volaban los platos. Sus calificaciones eran desastrosas, fumaba porros, se escapaba de clase, iba con el primero que le sonriera.....Y no había vuelto a verlos después de ¿cuántos años?, ¿cinco, diez, ?. Las drogas no le habían dejado buena memoria. Casi la había perdido. Sacó un cigarrillo para calmar los nervios. No sabía por dónde empezar.
    ¿Te apetece un café?, ¡pero ven, siéntate aquí, a mi lado, y cuéntanos que ha sido de tu vida....¿qué te ha traido por aquí, de nuevo?, le interpeló su madre.
    Cogió un cigarrillo. Tenía que pensar en las palabras adecuadas. No sabía cómo afrontar la situación. No tenía mechero. ¿Tenéis un fósforo?, le pidió a su padre. ¡Qué cosas tenía, en esos momentos pensando en un fósforo....se le iba la cabeza. Quizá eran los nervios!.
    Bueno. Al toro, por los cuernos. Os cuento. A partir de ahora, no vais a sufrir más. Me instalo en vuestra casa. Mi rey me ha dejado sin corona. Tenéis cinco nietos que están esperando a que vuelva al hostal donde nos alojamos y donde debemos cinco mensualidades para que les diga que me habéis perdonado. No tenemos un real. Ni un euro. Nos acosan las deudas. Ya está. Ya lo he dicho. Todo ha sido muy inesperado, pero estoy contenta de veros de nuevo. Así ya tenéis quién os cuide. Por cierto, ¿cómo andais de ahorros?, es que necesito dinero para el taxi y para unas pequeñas compras. Mis hijos apenas han desayunado. Ayer no cenaron. El dinero es para ellos, para vuestros nietos. Yo también me alegro de este reencuentro. ¡Mis queridos papis!.

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