jueves, 10 de abril de 2014

18 ABRIL 2014

Viernes, 18 de abril de 2014
[Santa Antusa, Santa Atanasia, San Elpidio, San Eusebio de Fano, San Galdino de Milán, San Hermógenes, San Juan Isauro, San Laisren de Leighlin, San Molasio, San Perfecto, San Pusicio, San Ursmaro de Lobbes]



1966Comienza la revolución cultural en China.
1951Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos firman el Tratado de París, por el que se crea la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).
1949Proclamación formal de la República de Irlanda (Eire) en Dublín.
1946Se disuelve la Sociedad de Naciones, al crearse las Naciones Unidas.
1942Los portaaviones estadounidenses realizan el ataque de Doolittle sobre Tokio, como venganza tras el bombardeo sorpresa de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.
1909Beatificación de Juana de Arco en Roma.
1857París Allan Kardec pública el libro de los espíritus.
1847Se inaugura la primera Feria de Abril de Sevilla.
1835Chiclayo es elevada a la categoría de capital de la Región Lambayeque.
1506El Papa Julio II coloca la primera piedra de la Basílica de San Pedro en Roma.

Erase un día que se era, que un 16 de abril del año 2013, un grupo de amigos, agotados por la elaboración de un libro decidieron iniciar una nueva aventura literaria. Esta consistiría en que, siguiendo unas pequeñas normas, se escribiesen historias cortas para el regocijo del anónimo lector navegante de Internet.

Pues ya ha pasado un año desde entonces y aquí estamos, con casi 11.000 visitas en nuestras espaldas, 64 entradas publicadas y nada más y nada menos que con 343 cuentos publicados.

Llegados a este punto, sólo se puede felicitar el cumpleaños a TODOS los autores que en algún momento de estos 365 días han participado en este proyecto:

Autor Nº de Cuentos
A.U. Thor 1
Amalia 63
amalia corominas 1
Amaliasuslabores 2
Amura 6
Ana 65
Anónimo 10
Espe 1
Inma 5
J 2
J&V 1
J. 14
Jacobo Cebolla 10
Javi 1
Javier 1
Javier Paredes 1
JorgeP 93
LORENZO MATILLA 2
LORENZO RODRIGUEZ MATILLA 1
Marta 2
Pilar Campo 33
Santi 2
SP7 1
Sus labores 6
Unam Legna 1
Unam Oibur 2
Varios 1
VicDieBar 10
VIERGE 1
VJ 2
Total general 341

Así que GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS a todos. Sin vosotros y gracias a vuestra constancia habría sido imposible tener las ganas y la ilusión de que llegue el siguiente viernes para poder publicar una nueva entrada.

Y para no perder la costumbre tenemos las cinco palabras de rigor:

MOVIMIENTO
BLANCA
ENSEÑAR
VAQUERO
HOMBROS

Celebremos el cumpleaños por todo lo alto regalando literatura por doquier.

5 comentarios:

  1. MOVIMIENTO REFLEJO

    Habían pasado varios años desde que estaban juntos, pero el movimiento de sus caderas le seguía himnotizando cada vez que caminaba delante suyo. Enfundada en esos pantalones vaqueros, con esa camisa blanca caída descuidadamente (o no) sobre uno de sus hombros enseñándolo sensualmente.

    Como si de un baile repetido mil veces, le cogió de la cintura como tantas veces, se acercó a ella, le miró fijamente a los ojos y volvió a repetir por enésima vez: "Te adoro", y volvió a besarla apasionadamente.

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  2. ENSÉÑAME TUS SECRETOS
    “Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa está peor que muerto.” (Goethe Johann Wolfgang)

    Me moría de ganas de salir del trabajo. Había sido una larga y dura jornada, sin embargo no me importaba. Una vez puse el primer pie fuera de la oficina se me borraron todas las sombras de cansancio y mal humor. Hoy era el día. Hoy volvería a verla.

    Conduje hasta el Carrefour más cercano, debía comprar todo lo necesario. Elegí un buen vino, compré un par de botellas. Algo de carne y un poco de verdura para la cena.

    Llegué a casa, nervioso, tembloroso, el tiempo se echaba encima. La cocina no era lo mío, pero no importaba. Siguiendo estrictamente los pasos un libro de recetas de esos que te enseñan a cocinar en quince días, conseguí preparar una asado de carne con verduras que deposité suavemente, incluso con cariño, en el horno.

    Subí a la planta de arriba, allí estaba mi cuarto. Tenía que elegir la ropa, tarea difícil. Siempre había sido algo presumido, me gustaba ir hecho un pincel y más si era ELLA quien venía hoy a casa. Las nueve y media, perfecto, aún quedaba tiempo de sobra para todo. Espuma de afeitar en la cara y cuchilla en mano, una ducha rápida, desodorante, alguna crema hidratante y colonia fresca. En quince minutos estaba abrochando el último botón de la camisa de lino blanca que había escogido. Ya estaba listo y los nervios cada vez eran mayores.

    El ruido agudo del timbre inundó la vivienda, el corazón me dio un vuelco y de repente notaba que hacía más calor de lo normal. La mesa estaba puesta, la comida lista para servir, el vino esperando junto a un par de relucientes copas. Todo estaba preparado, no podía fallar nada.

    Abrí la puerta y allí estaba ELLA. El aroma de su perfume me envolvió y sus ojos me hipnotizaron por completo. No le hacía falta un vestido caro ni unos tacones altos para impresionar a un hombre. Llevaba unos vaqueros ajustados, unos botines negros y una blusa blanca. Su cabello era perfecto, ondulado y largo. Perfectamente maquillada, aunque sin excesos, una mujer sencilla, pero de una elegancia realmente impresionante.

    El reloj marcaba la una de la mañana. Ninguno de los dos habíamos sido conscientes del paso del tiempo. El vino había sido un acierto, la comida no tanto, pero no importaba. Habíamos mantenido una charla amena, seria en ocasiones, pero no podíamos evitar reírnos cuando estábamos juntos.

    Fue entonces cuando, sentados en el sillón, con un movimiento suave pasé la mano por encima de sus hombros y nos besamos. En ese instante no había nada ni nadie más en el universo. Solo importaba ELLA. En ese momento ambos éramos uno. Nos levantamos del sofá con una sonrisa cómplice. Subimos las escaleras cogidos de la mano. Esa noche era únicamente para nosotros dos.

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  3. Movimientos

    Siempre pasa igual, mi cuerpo no es capaz de soportar la presión de mi mente cuando aparece así delante de mí. Se me olvida rápidamente por qué estaba enfadado, qué estaba haciendo, mis ojos no dejan de mirar el espectáculo.
    Mírala, ese movimiento de caderas según camina hacia la estantería en busca del libro de cocina. Con sus vaqueros viejos, rotos justo debajo del trasero, ese maravilloso trasero. Enseñando tanto su hombro, como parte de su escote con esa camiseta grande.
    Se estará contoneando delante de mí porque me está buscando o esto forma parte de un baile blanco que es ella misma?
    -En realidad da igual, estoy conquistado!!
    Y dejando el portátil en mi mesa, me acerco hacia ella hasta que consigo abrazarla fuerte.

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  4. ENSEÑANDO MIS FANTASÍAS (I)

    Siempre he tenido mucha imaginación. De pequeña fantaseaba con caminar por el arco iris, viajar a otros planetas y volar a lomos de un águila real. La edad me ha hecho aterrizar en la cruda realidad, pero aún ahora mis fantasías siguen siendo igual de vívidas que las de mí infancia.

    Antes imaginaba situaciones fantásticas, ahora, y casi siempre relacionado con el ámbito erótico, trato mejor imponerme retos. Retos que intento que sean realistas, aspirando que sean alcanzables, que tenga la posibilidad de conseguirlos sin frustrarme si no los logro. Porque si las expectativas sexuales son demasiado altas, el reto se convierte en fantasía, y estas no tienen porque cumplirse siempre, como las de mi infancia, pero juegan su función importante de erotizar.

    Paseando por el alambre del límite entre la fantasía y el reto siempre tenía en mente la imagen de un trio, conmigo como protagonista. Dos componentes masculinos que no interactuasen entre ellos, siendo únicamente yo el centro de sus atenciones. Caricias en cada milímetro de mi piel. Besos ansiosos y recónditos. Sexo oral intenso, profundo y lento, alternando el ritmo, notando como te absorben. Ellos a mí y yo a ellos. Hasta llegar al clímax, explotar de placer con una doble penetración.


    Era una tarde calurosa de junio, esos días que la primavera no quiere abandonar y el verano empieza a conquistar. Hacía calor. El calor pegajoso que precede a una tormenta vespertina. Acababa de salir del trabajo y paseaba por la zona comercial del centro de la ciudad. Vestía una camiseta de licra blanca con una sobretela de rejilla que mostraba, como distraídamente uno de mis hombros. Llevaba también una falda verde oscura, larga, de tela vaporosa como la seda de los paracaídas, con dos cortes en los laterales que hacían que se solapase el frontal con la trasera. Muy cómoda para este calor sofocante pero no para el incipiente vendaval que hacía correr a las pesadas nubes por el cielo y que levantaba incómodamente mi falda, mostrando más centímetros de mis piernas de lo que me hubiese gustado enseñar. Me sentía el centro de las miradas, sobre todo de los viandantes masculinos, que no perdían detalle del espectáculo de mis movimientos por domar las telas. Esas miradas me provocaban un sentimiento extraño, no sólo no me molestaban, si no que me gustaban. Incluso una corriente eléctrica de excitación recorrió mi columna vertebral.

    Las primeras gotas de gruesa lluvia me obligaron a refugiarme en el centro comercial. No me venía mal un descanso de mi lucha con el viento y no me apetecía terminar empapada aunque hiciese calor.

    [CONTINÚA por tener más de 4.000 caracteres]

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  5. ENSEÑANDO MIS FANTASÍAS (II)

    Delante del directorio, acomodé y repasé de nuevo mi vestuario y confirmé que debía subir cinco plantas para llegar a la sección de moda de mujer. El estruendo de un cercano trueno hizo que diera en respingo y acelerase el paso para llegar a los ascensores.

    La crisis estaba causando estragos en el comercio y extrañamente no había nadie esperando en el rellano de los ascensores. Cuando se abrieron las puertas del ascensor central salieron dos mujeres que no paraban de hablar y reír a la vez, solapando las dos conversaciones que cada una tenía con la otra. Entré en el amplio espacio cubierto de espejos y pulsé la tecla de la quinta planta que inmediatamente se iluminó con un aro rojo luminoso.

    Justo cuando las puertas comenzaron a cerrase aparecieron, charlando entre ellos, dos hombres que hicieron que el latigazo eléctrico volviese a recorrer mi espalda.

    Uno de ellos era alto, delgado pero con el pecho marcado en la camiseta ajustada, señal de que pasaba algún tiempo en el gimnasio; con la boca sensual, el rostro anguloso enmarcado en un pelo corto y moreno, con unos ojos verdes, dulces e impertinentes. Llevaba un pantalón vaquero gastado que le marcaba lujuriosamente las caderas y los glúteos.

    El otro entró hablando con una voz profunda, grave y atractiva. Era unos centímetros más bajo que su amigo y al verme en el ascensor me saludó con un levantamiento de cejas muy sensual, una sonrisa enmarcada en una boca dura con cierto aire de malote, unos hoyuelos inocentes en las mejillas y una mirada picarona. Llevaba el pelo perfectamente arreglado de color café oscuro. Tenía un olor fresco y una ropa elegante y masculina que insinuaba su cuerpo bien formado.

    Pulsaron el botón de la planta sexta y las puertas empezaron a cerrarse dejando amortiguado el sordo sonido de otro trueno en la lejanía.

    No habían pasado ni diez segundos de ascensión cuando se escuchó clara y cercanamente el crepitar del impacto de un rayo en el edificio seguido del estruendo brutal de un trueno. Las luces parpadearon y no pude evitar un gritito cuando el ascensor se detuvo de golpe y se apagaron definitivamente las luces.

    En un impulso de protección, el hombre castaño (lo reconocí por ese perfume fresco y lascivo que inundó el ascensor en cuanto él entro) me abrazó tratando de tranquilizarme: “No se preocupe, es un corte de luz. Volverá en unos instantes”.

    Mis rodillas temblaban más por la excitación de su cercanía que por la situación de miedo que me podía provocar estar encerrada en un ascensor.

    Evalué mentalmente el escenario: un ascensor forrado de espejos únicamente iluminado por una pequeña luz de emergencia, dos hombres apuestos y guapos, uno de ellos abrazando mis hombros, un tiempo indeterminado hasta ser rescatados y yo, con un altísimo grado de excitación y con posibilidad más que real de proponer un trio.

    ¿Sería este el momento de transformar mi fantasía en un reto?

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