viernes, 24 de julio de 2015

24 JULIO 2015

Viernes, 24 de julio de 2.015
[San Balduíno de Rieti, San Boris, Santa Cristina de Bolsena, Santa Cunegunda de Hungría, San Declano de Ardmore, San Estercacio de Mérida, Santa Eufrasia de Tebaida, San Fantino el Viejo, San Gleb, San José Fernández, San Juan Boste, San Meneo de Licia, San Niceta de Licia, San Sarbelio Makhluf, Santa Sigolena de Albi]



1980Entra en vigor en España la Ley Orgánica de libertad religiosa.
1979El Congreso español aprueba el establecimiento del Tribunal Constitucional.
1969Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin y Michael Collins regresan a la Tierra en el Apolo 11, tras realizar el primer viaje lunar de la historia.
1928China adopta el sistema métrico decimal.
1917Mata Hari comparece ante un tribunal militar y recibe una condena a muerte por espionaje.
1911Descubrimiento de Machu Picchu por Hiram Bingham.
1908El sultán de Turquía restablece la Constitución de 1876, lo que supone un triunfo del partido reformista Joven Turquía.
1823Chile declara la abolición de la esclavitud. Se convierte en el primer país de América que libera a los esclavos.
1701Estados Unidos. Fundación de Detroit por los franceses, con el nombre de Fort Ponchartrain.
1557Se proclama en Francia el edicto de Compiègne, por el que se condena a la pena de muerte a los sacramentalistas o relapsos.
1511Alfonso de Albuquerque conquista Malaca, primera plaza del comercio del océano Índico.
1177La paz suscrita en Venecia libera a Federico I Barbarroja de la excomunión y pone fin al Cisma eclesiástico.
1064Fernando I de Castilla sitia y ocupa la ciudad portuguesa de Coimbra.


¡¡ Qué cansancio, por favor !!

Laaaargo, muy largo se me está haciendo este mes de julio. Y el problema es que aún queda un ratito para que me pueda pillar las esperadas vacaciones.

Creo que el calor extremo que estamos teniendo también influye y me va derrotando poco a poco.

En fin, no me enrollo más. Otras cinco palabras para esta semana:

ACUSADO
CHINCHE
FALDA
PEGATINA
EDAD

Adelante escritores, que el calor no acabe con vuestra inspiración.

3 comentarios:

  1. La acusada, soy yo!

    Creo que en el momento que dieron el veredicto y sonó aquella palabra del juez ya no fui capaz de salir de un estado catatónico en el que llevo casi 10 años.
    ¡CULPABLE!
    Si, primero fui sospechosa, pase a ser acusada y por fin mi estado actual y perpetuo CULPABLE.
    En aquel momento tenía 24 años. Dejé de valorar cuál era mi edad después del tercer año encerrada.
    La última vez que me vestí con una falda fue ese día, en el juzgado. Desde entonces mi ropa es muy básica el mono este naranja que puede ser un pantalón y una camiseta blanca. Y siempre siempre la pegatina que identifica mi celda.
    Después de que construyeran el gimnasio, sí que me pasó algo bueno pase a ponerme un bañador olímpico para nadar.
    Se puede decir que estos últimos 5 años es lo que he hecho: Nadar y leer. Mi vida transcurre y seguirá corriendo el reloj y lo único que puedo hacer es nadar y leer.
    No es tan malo, estoy segura que hay personas que esto lo considerarían un lujo.
    Algún día podría escribir también, en realidad no sería escribir para alguien, nadie me espera nadie, me recuerda y a nadie intereso. Fueron tan listos al encasquetarme a mí el crimen, mi mundo era tan pequeño como ahora. Aunque la libertad puede llenar una vida solitaria.
    El día que me trasladaron a esta cárcel, después del cacheo, la retirada de pertenencias y todo lo demás, recuerdo sentarme en un colchón de mierda lleno de chinches.
    Ahí asumí lo terrible de mi situación. Aquí nadie va a venir a buscarme.
    En esta situación llevo 10 años, me quedan otros 10. Creo que ya ha pasado demasiado tiempo.
    Escribiré, escribiré mi historia y después me despediré de esta celda y de esta vida.

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  2. SU NOMBRE EN UNA PEGATINA
    Con su nombre en una pegatina Candela transita por los pasillos que dejan los grupos de gente. Muchas caras nuevas esta vez. Bien porque beneficiará al negocio. Mal porque su marido meterá la pata. Aunque no es la pata lo que suele meter.
    Le encuentra en uno de los balcones, envuelto en brisa, azahar y martini. El cuarto o el quinto, ya.
    “Culpable” dice ella, añadiendo el sarcasmo a los aromas de la escena.
    Ángel contempla el inabarcable huerto de naranjos que se extiende bajo la terraza. Y al fondo, mudos, la luna y el mar. La vista es arrebatadora, pero sólo él y sus cuatro o cinco martinis parecen haberse dado cuenta. Contesta despacio. “Siempre tengo la sensación de estar acusado de algo cuando hablo contigo”
    Candela sospecha que los martinis son más de seis.
    - Te he visto con Lupe. No llevas un mes con Sara y ya le engañas con su mejor amiga.
    Él ríe, orgulloso del número de mujeres que engrosa su lista y de que su esposa lo sepa. La mira.
    - Voy a dejarte.
    - ¿Otra vez?
    Candela frivoliza jugueteando con la pegatina en la que Ángel lleva su nombre, como ella, como todos en la convención.
    - Estoy cansado de sentirme culpable. Tú no eres mejor que yo.
    Ya empezamos. El macho herido. Si que lo soy, piensa ella, y mira discretamente a su alrededor para comprobar que el balcón está vacío.
    - ¿Y quién es ella?
    Ángel se demora, teatral, y juguetea con la aceituna del martini, cuyo último trago reserva para la escena final. Tras un silencio relamido espeta un nombre, conocido, cercano, doloroso. Candela se envara sin disimulo.
    - ¿Estás loco?¿Sabes la edad de esa chiquilla? Olvídate, querido. He soportado todos tus líos de faldas...pero esto...ni lo sueñes!
    Candela se gira pero Ángel le corta el paso. Sus ojos son aceros afilados que no van a dejarla marchar.
    - Tú no has soportado nada que no te sirviera para trepar, Candelita, pero se acabó. Volverás a la mugre, a tus pelos con piojos, a tus colchones de chinches, a la miseria en la que te encontré y donde voy a volver a dejarte.
    El balcón, ocupado por el azahar y la brisa del mar, se satura ahora de odio antiguo.
    Candela mastica las palabras, intragables: "He sacado tu podrido negocio a flote a base de inteligencia y de empeño mientras tú ¿dónde estabas? -Candela hace un gesto obsceno y evidente - He trabajado sin descanso y...tú me amenazas... Veremos lo que dice un juez"
    Pero Ángel lleva un demonio dentro que sonríe y no consiente que la conversación termine. Se agacha, muy despacio, hasta que su aliento de martini y rencor araña la cara de Candela.
    - Si, mujercita, veremos qué dice un juez, porque yo me hice la vasectomía en el 2005, dos años antes de conocerte, y ya explicarás de dónde han salido “mis” dos hijos.
    Tan despacio como se ha agachado Ángel se incorpora, apura de un trago el martini y arroja la copa balcón abajo, dramático, chulesco, infantil. El mar parece entonces abandonar la escena y el aroma de azahar se torna hedor de bilis y azufre. Candela, descubierta, enmudece. Ha caído en una trampa de ratones.
    Y entonces ocurre.
    Lo impensable, lo inimaginable, lo increíble. Ocurre.
    La aceituna del martini se atasca en la glotis de Ángel taponando el aire. El hombre, aterrorizado, se aferra el cuello y se retuerce. Candela, arrancada de su propio horror, lo mira sin entender. Pero pronto comprende. Comprende muy bien. Desencajado, Ángel se abalanza contra el pecho de su mujer en busca de ayuda, una ayuda que no obtiene porque Candela le empuja con fuerza y se aleja, discreta, mientras Ángel Bielnes, el multimillonario, muere solo, en un olvidado balcón de un hotel cinco estrellas a cuyos pies se extiende un inabarcable huerto de naranjos y, al fondo, mudos, la luna y el mar. Rodeado de gente. Y nadie vio nada.
    Candela no tuvo que explicar su maternidad ante un juez. Sólo se le preguntó que, si no había presenciado la escena, cómo era posible que su marido, al morir, guardara en el puño, firmemente cerrado, su nombre, Candela, en una pegatina.

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    Respuestas
    1. Una historia donde no hay buenos y malos. Me gusta!!

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