viernes, 6 de junio de 2014

06 JUNIO 2014

Viernes, 6 de junio de 2014
[San Agobardo, San Alejandro de Fiésole, San Besarión, San Ceracio, San Claudio de Condat, San Colman, San Eustorgio II, San Gilberto abad, San Hilarión de Constantinopla, San Jarlato de Irlanda, San Marcelino Champagnat, San Norberto de Xanten, San Rafael Guizar]




1993Felipe González es reelegido como presidente al ganar el PSOE las elecciones generales.
1985La tumba de Wolfgang Gerhard es abierta en Embu, Brasil. Los restos exhumados probarían ser de Josef Mengele
1982Israel invade Líbano.
1949Publican la novela de George Orwell 1984
1944Se produce el Desembarco de Normandía, conocido popularmente como Día D durante la segunda Guerra Mundial
1811El Tratado de Badajoz pone fin a la Guerra de las Naranjas.
1808José Bonaparte, hermano de Napoleón, es proclamado en Bayona como Rey de España.
1797Tras la conquista francesa se establece en la ciudad italiana de Génova la República Ligur.
1528Carlos I de España concede a Hernán Cortés diversos títulos y honores.

Hace hoy 70 años que justo a la media noche comenzó la Operación Overlord dirigida por Eisenhower. Al alba, terminó el bombardeo masivo de la costa francesa mientras 135.000 soldados aliados desembarcaban en las playas de Normandía por cinco sitios diferentes. A pesar de las formidables defensas alemanas de la costa, al entrar por cinco lugares a la vez, se consiguió tomar la playa. Al atardecer, 150.000 soldados habrían desembarcado en Europa, haciendo posible la rápida liberación de Francia y ampliando las posibilidades de invadir Alemania este mismo año.

Sólo espero que hayamos aprendido la lección y que no sea necesario montar otro pollo como esta última guerra mundial nunca más.

 Mientras tanto, nosotros a lo nuestro, esta semana otras cinco nuevas palabras:

REFLEJO
CONTESTAR
PERROS
QUERER
ESPECTRO



Los verdaderos escritores son aquellos que quieren escribir, necesitan escribir, tienen que escribir.
Robert Penn Warren

3 comentarios:

  1. QUERER, HACER.

    Su reflejo en el agua se difuminaba como un espectro en la niebla.

    Ella seguía con la mirada perdida y la cabeza agachada. No se movía ni una brizna de aire. Solo a lo lejos, algún perro ladraba.

    El agua era oscura, como sus actos. Sus pasos descalzos le habían llevado a la playa. Seguía vistiendo el camisón con el que había salido de su casa, sólo que ahora estaba manchado de sangre.

    Oyó un sonido cercano, amortiguado. Era el cuchillo que se había desprendido de su mano y se había clavado en la arena.

    Poco a poco se despertaba de su hiptónico letargo. Oyó entonces voces que la llamaban, lejanas. Sin querer contestar, comenzó a adentrarse en las sombrías aguas. El camisón mojado se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, resaltando sus formas.

    El ruido de las sirenas de policía se hacía ahora más perceptible, pero ella no detuvo sus pasos. Fue introduciéndose más y más adentro, hasta que las olas golpearon en su cara y sus piés dejaron de tener apoyo.

    Los que corrieron hacía ella sin poder detenerla, sólo pudieron recoger un cuchillo del suelo y un camisón del agua.

    ResponderEliminar
  2. QUEREMOS UN PERRO

    Me levanto de la taza del water y observo de nuevo mi reflejo en el espejo del baño. Demacrado, sucio, con ojeras, sin afeitar, el pelo revuelto, el pijama arrugado... hecho un guiñapo.

    El teléfono vuelve a sonar. Sé quien está al otro lado, pero no quiero, más bien no puedo contestar.

    Apago la luz del baño y aprovecho el silencio que ha vuelto a inundar la habitación cuando el teléfono ha dejado de sonar para volver, arrastrando los pies por el suelo como un espectro, a la estrecha y solitaria cama desecha. Las sábanas arrugadas mantienen el hueco que hasta hace un momento ocupaba mi cuerpo. Me acuesto y me vuelvo a acurrucar en la misma postura que creo he mantenido toda la noche; quizás toda la semana; a lo peor, todo el mes que hace que ellos me dejaron.

    Con la cabeza apoyada en el hueco que he formado en la almohada, trato de pensar de nuevo en el porqué de esta situación.

    Hasta hace muy poco era feliz con mi familia. Mi mujer, mis hijos, nuestros más y nuestros menos, pero felices. Pero llegó ese capricho infantil: "Papá, Papá, queremos un perro"...

    Y la que ahora considero la peor decisión de mi vida: "Pues vosotros veréis......o el perro o yo".

    Y aquí estoy sólo, sin apenas fuerza para levantarme de la cama y poder ir al servicio y volver a recapacitar con la almohada.

    ResponderEliminar
  3. Un espectro en mi espejo

    Me desperté en medio de la tormenta y ella no estaba en la cama.
    -Marta, Marta ¿Dónde estás?
    Me levanté preocupado y al salir de la habitación estaba en medio del salón, hablando acaloradamente con alguien podría parecer. Me acerqué despacio, el ser sonámbulo a veces es aterrador.
    En esta ocasión, dónde pensaba que estaba? Cuál sería su sueño?
    Parecía un espectro no la Marta que yo conozco.
    Toby nuestro perro me seguía. Creo que él también sentía algo extraño. No hacía un ruido sólo estaba atento, muy cerca de mí, con las orejas bien abiertas y en tensión.
    Cuando ya estábamos lo suficientemente cerca como para tocar su hombro sólo con alargar mi brazo, me paré en seco al darme cuenta que en el espejo se reflejaba no Marta, sino Marta y un anciano con cara agria y enfadado. Sus vestimentas eran antiguas estaban raídas y no parecía de este tiempo.
    Lo malo, no era ver al viejo que ya es sorprendente, lo malo eran sus ojos. Oscuros, profundos.
    En ese momento me paralicé. Quería tocar a Marta. Mi mente me decía que si conseguía tocarla todo terminaría, pero mi cuerpo no respondía.
    Toby fue quien nos salvó. Rozó nuestros pies y la imagen desapareció.
    Marta cayó al suelo como inconsciente.
    Miré a Toby y una manta que estaba en el sofá detrás de él. Con la manta cubrí el espejo, pensando mañana me deshago de este espejo que nos regaló mamá, creo que era de mis antepasados.
    Cogí en brazos a Marta y nos fuimos los tres a la habitación. Toby vino con nosotros sabía que esa noche nos necesitábamos. Ninguno de los dos iba a poder dormir después de lo ocurrido.
    Acosté a Marta, comencé a acariciarle el pelo.
    -Marta? Estás bien?
    Pero Marta no contestaba, parecía profundamente dormida. Aunque en sus mejillas aparecía el color de nuevo.

    ResponderEliminar