viernes, 24 de mayo de 2013

24 MAYO 2013

Viernes, 24 de Mayo de 2013




1993Microsoft desarrolla Windows NT.
1965El Reino Unido adopta el sistema métrico decimal.
1956Se celebra en Lugano (Suiza) El primer Festival de la Canción de Eurovisión
1883Se abre al tráfico en Nueva York el Puente de Brooklyn.
1808Se crea la Junta Suprema Provincial de Oviedo contra la ocupación napoleónica.
1738John Wesley funda en el Reino Unido la primera sociedad metodista.
1571Los tártaros de Crimea incendian Moscú, frente a los intentos anexionistas de Iván IV de Rusia.


Hoy hace 130 años que el puente de Brooklyn se abrió al tráfico. El puente es todo un símbolo de la ciudad de Nueva York y en la actualidad soporta un tráfico diario en promedio de 145.000 vehículos. ¡¡¡Ahí es nada para tener 130 años de historia!!!

Para celebrarlo tenemos cinco nuevas palabras. Son:

CUCHARA
TRAGO
PALO
VILLANCICOS
ADIDAS

(Este chisme generador aleatorio de palabras no deja de sorprenderme... ADIDAS... en fín, ha salido y hay que usarla)

"Ñoras, ñores, ñoritas" a escribir CUENTOS CASUALES se ha dicho.

5 comentarios:

  1. Siempre he odiado los villancicos, no me puedo acercar a ellos ni con un palo. Por ese motivo, cuando llega el fin de año, aún con la cuchara en la mano y con el último trago de cava en la boca, me planto las Adidas y voy a correr la San Silvestre para celebrar el nuevo año de una manera más pagana.

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  2. La cuchara
    Se escucha a lo lejos --A comer!!!
    Trago saliva y solo puedo pensar en el plato de cuchara que me voy a comer. Especialidad de la Amacho. El marmitako me llama.
    Consigo ponerme mi sudadera vieja de Adidas, hace frio y buscando el palo de beisbol que es mi regalo para Mikel, salgo corriendo de la habitación, quiero llegar el primero y que nadie ponga la radio en la emisora ñoña de villancicos. Odio los villancicos…

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  3. La cuchara

    Pretendía sorprenderle aunque ya se sabe que con esto de querer sorprender la sorprendida siempre puedes ser tú. No sabía que iba a ocurrir, pero me sentía con la adrenalina a tope por convertir una idea en realidad. Estaba en tensión, todo mi cuerpo estaba recto como un palo.
    Tragué saliva y llamé a la puerta, esos dos minutos me resultaron eternos hasta que apareció él con un pantalón corto y una camiseta vieja de Adidas y el pelo alborotado. Sonreí mostrando una buena botella de vino y sus ojos se clavaron en mis ojos hasta que me atrapó entre sus brazos.
    Apagó la radio, sonaba lo que parecía un villancico, creo ya me gustan más desde ese momento… Mientras, entre sus brazos me llevaba a algún rincón de su casa.
    Al amanecer seguíamos despiertos, yo le daba la espalda y el muy pegado a mi me acariciaba todos mis yos. Esta postura…-La cuchara creo que se llama…

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  4. CUCHARAS POR ADIDAS

    Apenas podía aguantar su impaciencia mientras, primero sobre un pie, después sobre otro, musitaba más que cantaba los villancicos que año tras año debían entonar todos juntos por tradición familiar.

    “Ya vienen los Reyes, por la carretera…”. Eso es lo que quería él. Que llegaran los Reyes y le trajeran las adidas que llevaba pidiendo tres años.

    “Ya vienen los Reyes, por aquel camino…”. Miraba en los escaparates, remiraba, buscaba ofertas, se las pasaba a su madre y siempre la misma respuesta.

    - Pero si estas otras son también muy buenas.

    Entonces se enfurruñaba y se iba dando patadas a un balón imaginario gritando:

    - ¿Qué sabrás tú lo que son unas buenas zapatillas? ¡Estoy harto!

    Sabía que la hacía pasar un mal trago y después se sentía culpable. Ultimamente la veía más demacrada. Trabajaba mucho para sacarlos a todos adelante desde que Papá se fue.

    Al día siguiente casi le tuvieron que arrastrar hasta el salón donde, junto a los zapatos que cada uno dejó la noche anterior, se veían pequeños paquetes envueltos todos con el mismo papel de regalo. Brillante. Lleno de corazones rojos.

    Un solo regalo se apoyaba sobre la vieja zapatilla de deportes que había dejado esta vez, como un reproche. Una caja rectangular. “Otras zapas del Carrefour”, pensó. Sus hermanos pequeños daban gritos de alegría con sus juguetes y sus pinturas.

    -¿No abres tu regalo?

    Su madre le miraba expectante. Con un brillo especial en los ojos. O eso le parecía a él. “¿Podría ser que…esta vez….?” No quería hacerse ilusiones.

    De repente le entró la prisa y sin cuidado alguno rasgó el papel que con tanto amor envolvía la caja que contenía las Predator LZ TRX FC. No se lo podía creer.

    -Las tendrás que cuidar – le advirtió su madre
    -¡Claro que sí! Pero... si son las mejores… las más caras… ¿Cómo...?

    Entonces, como en un destello le vino a la memoria la imagen de su madre sirviendo la cena con la cuchara de palo en lugar de la cubertería de plata de la abuela. Se acercó y la abrazó con fuerza.

    -Gracias, Mamá. Algún día jugaré en el Madrid y vivirás como una reina.

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  5. MIS ADIDAS

    Otra vez no, por favor!. Pasar por este trago. Todos los años lo mismo. El ritual de siempre. Desde que le dije que estaba cansado de que sistemáticamente en todos mis cumpleaños y en Reyes me regalara los típicos pijamas, corbatas, calcetines y calzoncillos le ha dado por regalarme unos playeros. Y aquí estoy, preparado ya para disimular y aparentar lo mucho que me han gustado. El problema es que si no quieres una cuchara, cuchara y media. Me da palo decirle que no quiero los playeros del Carrefour, ni de Alcampo, ni de Hipercor. ¡¡¡¡Quiero los Adidas!!!!. Es como un villancico. Te cansas de repetirlo de un año a otro, pero siempre está en el repertorio navideño. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUIERO MIS ADIDAS!!!!!!!!!!!

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