viernes, 14 de junio de 2013

14 JUNIO 2013

Viernes, 14 de Junio de 2013





1995Terroristas chechenos toman un hospital de Budionovsk, con el saldo de 150 muertos y 400 heridos.
1993Inaugurada en Viena la Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos.
1992El ciclista Miguel Indurain gana la 75 edición del Giro de Italia, y se convierte en el primer español que lo consigue.
1959Se inician las expediciones de desembarco para luchar contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana.
1940
1928
Los alemanes entran en París.

Nace el Ché Gevara, revolucionario de origen argentino.
1905Se inicia la sublevación de la tripulación del Acorazado Potemkin
1822Charles Babbage propone la máquina diferencial a la Royal Astronomical Society.
1800El ejército austriaco es derrotado por Napoleón en la Batalla de Marengo.
1699El mecánico ingles Thomas Savery presenta la primera máquina de vapor en la Real Sociedad de Londres.

Pues tal día como hoy el Che cumpliría 85 años. Siento decepcionar a quien le considere un icono de la revolución y del buenismo, pero este señor era tanto o igual de hijo de p*** como el hijo de p*** que consiguió derrocar.

Así pues, sin entrar en más polémica y basado en mi agnosticismo político más severo paso a poner las cinco palabritas de hoy:

NARRACIÓN
CURANDERO
SILENCIADOR
PESCADERÍA
PERROS

Venga, adelante, que últimamente estáis un poquito PERROS y empezamos a ser siempre los mismos los que participamos en el blog. En hacer una NARRACIÓN de este tipo no se tarda más de 10 minutos. Si no escribís tendré que mandar al señor Lobo a vuestras casas, y cuando le veáis aparecer con el pistolón que lleva en la sobaquera, con un SILENCIADOR más grande que el cerrojo de un penal veremos a ver si los movimientos convulsos de terror que os entren en las piernas no os provocan unas contracturas suficientes como para que únicamente os podáis mover desde vuestra casa al CURANDERO de la esquina.
¡¡¡ PESCADERÍA !!! (Es que no sabía que poner con esta palabra)


4 comentarios:

  1. NO ES LO MISMO NARRACIÓN QUE CUENTO

    Amanecía. La ciudad apenas había despertado cuando Antonio ya caminaba con paso firme. Acariciando con su blanco bastón y con precisión de cirujano cada mínima grieta de la acera como siguiendo un camino marcado hasta la esquina donde pasaría el resto de la jornada, a veces recostado en la pared, a veces sentado en el suelo, a veces no sabe cómo.

    La vida se había portado mal con él.

    Era un niño normal, de una familia con poca cultura que, en lugar de ir a un oftalmólogo cuando a los nueve años, Antonio empezó a tener problemas de visión, le llevó a un infame curandero desaliñado, de uñas renegridas, palillo en la boca y con apestoso aliento a alcohol. Les habló de no sé cuántos malos espíritus, hizo que los padres de Antonio temblasen de pánico con la narración de todos los males que le podían ocurrir a su hijo. Consiguió una buena suma de dinero por crear emplaste infecto que puso sobre los delicados ojos del niño. Antonio gritó y pataleó cuando el escozor superaba su nivel de dolor, las lágrimas le ardían y lo único que oía era al maldito hombre diciendo que esos eran los espíritus que estaban saliendo de sus ojos. Sesenta años hacía de todo eso.

    Su ceguera había conseguido mejorar sensiblemente el resto de sus percepciones. Podía identificar por el olor que salía de la pescadería por la que pasaba cada mañana, cuánto tiempo llevaba la merluza fuera del mar. Le reventaba los tímpanos el estruendoso petardeo de los ciclomotores sin silenciador, que los adolescentes utilizaban para llevar a casa a sus extremadamente maquilladas novias.

    Ahora no era más que un hombre ciego que pedía limosna en una transitada calle de la ciudad, a su paso muchos lo observaban pasando de largo mientras leían un cartón escrito con rotulador negro en el que ponía: “Soy ciego, por favor ayúdeme.”

    Sólo conseguía el interés de alguna ancianita misericordiosa o algún perro que le olisqueaba a su paso, el resto de la ciudad pasaba por delante siendo tan ciega con él como él mismo. A media mañana y con unas pocas monedas en la lata, un joven ejecutivo se paró delante suya, cogió su cartel y escribió unas palabras en la parte trasera del mismo. A continuación lo colocó en su lugar y se alejó.

    De repente la lata empezó a sonar con insistencia, las monedas caían en el metal produciendo una hermosa melodía. El viejo invidente sonreía sorprendido…

    Al caer la tarde, Antonio volvió a oír los mismos pasos que unas horas antes se habían parado delante de él. El joven se detuvo de nuevo.

    - ¿Qué le hizo a mi letrero? – preguntó el viejo
    - Nada – contesto el joven – escribí lo mismo pero con otras palabras.

    En el arrugado cartel podía leerse el siguiente mensaje: “Es un hermoso día, pero yo no lo podré ver.”

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    1. Pues parece ser que de esta historia hay vídeos y todo... Pues efectivamente, esta historia la leí hace tiempo (al menos la moraleja) y me gustó tanto que la traté de adaptar utilizando las cinco palabras. Por estas cosas en Hollywood dan Oscars al "mejor guión adaptado".

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  2. ADIOS A LA PESCADERIA

    Comienza esta narración con el apenas audible sonido del disparo de una 9mm, ahogado por un silenciador.

    Martino no había podido saldar sus deudas de juego y la amenaza se había hecho realidad.

    Ahora yacía en el suelo, en un charco de sangre, con la rodilla hecha añicos. Que la Mafia no es tonta, y si le mataban tampoco podrían cobrar.

    Era el segundo aviso. Apenas hacía dos semanas había encontrado muertos a balazos a sus dos perros.

    No era cuestión de ir a la Policía. Ni al Hospital. Sabía que si lo hacía su familia sufriría las consecuencias.

    Con manos temblorosas por el miedo y el dolor, y a punto de desmayarse por la pérdida de sangre, consiguió marcar el teléfono de Peppo, el viejo curandero que sabía mantener la boca cerrada.

    No había mas remedio. Tendría que vender la pescadería y buscarse otro medio de vida lejos de aquí. Y, sobre todo, dejaría el juego, se prometió una vez mas.


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  3. Mi Perro
    Tras colocar el silenciador en la pistola, mi corazón comenzó a latir fuerte. En ese momento sabía que tenía que seguir adelante, no había marcha atrás.
    Me acerqué al dormitorio en donde se encontraba él. Si conseguía realizar el crimen todo cambiaría. Comprenderían el valor que tengo y ocuparía el lugar que merezco dentro de la organización.
    En la cama estaba él roncando tan fuerte. Pobre infeliz, le quedan apenas unos minutos de vida. Tapando su rostro con la almohada, consigo asfixiarle. Fin, trabajo realizado. Pego un tiro en el cabecero de la cama para dejar nuestra marca.
    Al salir del inmenso edificio solo era capaz de pensar, camina, camina camina… Cuando había pasado más de 3 horas, al girar en una esquina y ver como descargaban en una pescadería, me di cuenta que ya estaba amaneciendo. Sabía que tenía qué hacer, me acerqué a la estación recogí mi maleta de consigna, y me acerqué hasta el coche que había dejado en el parking. Al abrir la puerta me di cuenta que un perro estaba bajo el coche, y no se movía. Parecía herido.
    Me acerqué le recogí y comprobé que estaba si lo estaba. Su pata estaba destrozada.
    En ese momento pensé, le llevaré al curandero. Me pilla de paso en mi plan de salida de esta ciudad.
    Esta es la narración de cómo nos encontramos mi amigo Golfo, mi perro y yo.

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