lunes, 17 de junio de 2013

17 JUNIO 2013

Lunes, 17 de Junio de 2013




2002Soldados españoles retoman la Isla Perejil
1998Se firma en Roma, Italia, el Estatuto que establece la Corte Penal Internacional.
1981Se confirma que el aceite de colza industrial, desviado para su venta como aceite de cocina, es el causante del síndrome tóxico que produjo 60 muertos y más de 50.000 afectados en España.
1979Renuncia el presidente Anastasio Somoza Debayle y huye hacia Miami
1950Primer transplante de riñón.
1940La URSS invade los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia. El general De Gaulle crea en Londres el Comité Nacional de la Francia Libre.
1918Por orden del Partido Bolchevique, el zar Nicolás II y su familia son ejecutados en Ekaterimburgo.
1762Catalina II se convierte en zarina tras el asesinato de Pedro III de Rusia.
1512Las tropas castellanas al mando del Duque de Alba, inician la invasión del Reino de Navarra.
1048Dámaso II es nombrado papa.

Saltándonos las normas y con la intención absoluta de alcanzar las cotas más altas de satisfacción al cliente, hoy tenemos una nueva entrada con palabras bonitas:

BESO
ABRAZO
TEMPESTAD
RUBOR
TORTILLA DE PATATAS

Jo, no me digáis que no son realmente chulas las palabras... apetece a ponerse a escribir ahora mismo.....

3 comentarios:

  1. Un beso
    Me encontré mirando el mar. Llegué al puerto, solo miraba al horizonte deseando que apareciera su barco. Por las noticias informaron de una tempestad y aunque no era buen día para salir a la mar. No hay quien pare a este hombre si es lo que desea. Grgr!!
    -En pleno agosto no pasa nada. Será una tormentilla y además estaré pronto de regreso. Eso me susurraba al oído mientras preparaba la tartera con la tortilla de patata.
    Sabía que todavía era pronto no llegaría hasta por lo menos dentro de 2 horas cuando ya apenas quedara luz. Me acerqué a la playa necesitaba sentir el contacto con el agua y el sonido de las olas siempre me ha sentado bien, consigue tranquilizarme.
    Pero ese día no lo conseguía. Me estaba acercando a la cueva de las gaviotas, mi rincón favorito en mis paseos mañaneros. Siempre hay un montón de conchas para llevarme como un tesoro. Me senté en una roca y sentía cómo me acariciaba el mar en el bailar de las olas.
    Decidí bañarme, dejé mi ropa en lo alto de las rocas para evitar que se mojara con el subir de la marea y desnuda me acerqué al agua que me llamaba. Sumergiendome en las profundidades me dejé abrazar.
    No sé cuánto tiempo duró mi baño, cuando comencé a sentir frio dirigí mi mirada hacia la playa. Me encanta nadar de noche. Al salir no veía nada, comenzaba a llover, pero me encontré con un beso y su abrazo. Así consiguió tranquilizar mi alma y acelerar mi corazón. Todo mi cuerpo se estremeció al sentirme cerca de él. Y cuando nos miramos un rubor apareció en mi rostro, ya no sentía frío. Mientras me daba calor me decía:
    -pero qué peligrosa eres…

    ResponderEliminar
  2. BESOS HAMBRIENTOS

    Tras un mes de vacaciones por Europa, volvían a casa con las mochilas repletas de ropa sucia, los bolsillos vacíos y los sentidos repletos de sensaciones. Imágenes de paisajes increíbles, idiomas y acentos diferentes, olores que identificaban países, sabores indescriptibles y caricias que no se podían recordar sin rubor.

    Un aroma familiar les recibió al abrir la puerta de casa. Sin perder un instante se precipitaron hacia el comedor donde la visión de aquella tortilla de patata en el centro de la mesa, dorada, jugosa, exquisita, tantas veces recordada durante aquellas noches en que no había otra cosa que salchichas o una bolsa de patatas fritas para cenar, desató una tempestad de besos y abrazos ¡¡Mamá, eres la mejor!! ¡¡Cuánto te hemos echado de menos!!

    ResponderEliminar
  3. TEMPESTAD DE SENTIMIENTOS

    Tengo cuarenta y dos años, y a estas alturas de la vida es imposible sentir ningún tipo de rubor al recordar a mi madre. Muchas veces son recuerdos con muchísimo peso emocional: sus abrazos, sus besos, ... Otras veces son recuerdos livianos, como su excelente tortilla de patatas que esperábamos los sábados por la noche para cenar. O las veces, que sentados en la terraza del pueblo, veíamos caer los rayos y contábamos el tiempo que tardaba en retumbar el podedoso trueno, certificando como segundo a segundo la tempestad se iba alejando.

    ResponderEliminar